#VEINTIUNO. Eso fue genial. —hablé con voz agitada. Mi cuerpo aún estaba contraído por la evidente satisfacción, Killian soltó una pequeña risa. – Ni me lo digas a mí, eso fue fascinante. El reloj en el suelo indicaba que eran las 7:20 pm, hace un rato ya que habíamos hablado con las luciérnagas. Todo estaba en orden. Mi cabello estaba enmarañado, mi maquillaje arruinado, mi cuerpo sudado y desnudo. Todo mi ser fascinado. Pero mi mente estaba tratando de hablar conmigo. — Extraño, lo sé. Pero sabía que tenía que razonar, cosa que temía. Me levanté de la cama, dejando a un Killian medio dormido, me dirigí hacia la ducha. El agua estaba muy fría, aun así, mi cuerpo casi ni lo noto. – Deberías dejar de desperdiciar agua. —Unos brazos envolvieron mi cintura desnuda. Ciertamente es

