El pecado de Virginia

—Bueno queremos saber si realmente dices la verdad —Matías sonrió. Su cruel hermano debía ser quien pusiera a prueba su falsa relación. Lo observó con ganas de matarlo, pero lo quería demasiado para eso. —Matías, te conozco —sonrió acercándose a Román, sus labios besaron los labios de su falso novio, bajo la atenta mirada de su hermano y de… Selene —Virginia —el beso se rompió cuando apenas iniciaba. Selene no podía creer lo que sus ojos estaban viendo. Sintió un nudo en su garganta. No podía creer que Virginia, la mujer que amaba su novia de casi tres años, la dejase atrás para venir con un hombre a la boda de su hermano. —Selene —Virginia no podía creer que ella estuviera allí frente a ella. Se separó disimuladamente de Román para no llamar la atención, su corazón latía lo suficientemente rápido y temía que fueran a darse cuenta. —Cariño, tu padre pide hablar con tu novio — Virginia observó a su madre Verónica, para no ver a su novia ¿Qué había hecho? —Selene bienvenida, Virginia no comentó que llegaría —Selene sonrió, era la segunda vez que estaba en una fiesta en la Finca de Rossi y en ambas había sufrido por la misma razón. —Un gusto volver a verla señora Verónica —sonrió de manera temblorosa, tratando de mantenerse serena ante la situación. Podía gritar y llorar, de nada serviría si Virginia había elegido su camino. —¿Te apetece una copa? —Matías se acercó lo suficiente, a Selene. —Matías —una evidente advertencia se formó en los labios de Virginia. —Gracias por tu amabilidad yo… tengo que irme —su sonrisa fue tensa, la felicidad que había conocido, se había fugado de su vida, sin Virginia, no había nada que hacer allí. Caminó de regreso al taxi, era una suerte que solicitará al chófer esperar por ella. —¿Cariño? —Verónica insistió a su hija para venir a donde su padre. Virginia estaba parada como una estatua observando a Selene marcharse. La había herido y la desilusión en su mirada le quemó a fuego lento el corazón. ¿Por qué había venido? ¿Por qué no pudo esperar su regreso? —Cariño tu padre espera —Virginia observó a su madre y asintió —Lo siento —susurró, mientras la imagen de Selene se desvanecía en la distancia.   Una semana después…. Virginia abrió la puerta de su departamento y supo que nada sería igual… —¡¿Selene?! —Virginia dejó su maleta casi en la puerta, corrió hacia la habitación que compartía con su novia, pero no había nadie en ella. El silencio absoluto la saludo… —¡Selene! —volvió a gritar sabiendo que nadie saldría a su encuentro, que su hermosa mulata se había marchado de su vida y todo era su culpa. Su cobardía había hecho perder lo más importante de su vida, la mujer que más amaba en el mundo. Cerró los ojos, dejando que sus lágrimas rodaran libremente por sus mejillas, el dolor quemó su corazón  y sin poder evitarlo los recuerdos a su mente llegaron… ⧓⧓⧓⧓  3 años atrás… Camino con prisa, era su primer día de clases y estaba llegando tarde ¿La culpa? No era suya, era simplemente que no estaba acostumbrada a vivir sola. Había dejado su familia y su país para estudiar Arte en la Universidad de Howard, en Washington DC. Y para encontrarse a sí misma. Negó ligeramente, no era momento de pensar en ello ahora. Tenía que llegar a tiempo… —¡Ouch! —la joven morena se quejó al chocar accidentalmente con la chica rubia que venía con prisas. —¿Estas bien? —preguntó. Mientras extendía su mano para ayudarla a ponerse de pie. —Sí, lo siento, creo que  ha sido mi culpa —la mulata sonrió mientras extendía su mano para saludar —Selene White —la rubia sonrió en respuesta. —Virginia Santoro —respondió —Lamento mucho lo sucedido —se disculpó, mientras Selene negaba —Ha sido mi culpa, estoy llegando tarde a clases —recordó —Somos dos —Virginia, se fijó en ella, sus ojos sin poder evitarlo recorrieron el cuerpo de la hermosa mujer, sus cabellos parecían trozos de chocolate, sus hermosos ojos y su sonrisa blanca. Apartó la vista de manera violenta ¿Qué demonios hacía? ¿Estaba loca? Selene era una chica y ella… —Voy al salón 25 —Selene volvió a sonreírle, Virginia parto la mirada —Voy al mismo salón —su tono de voz cambió, provocando asombro en Selene. —Es maravilloso ¿Vamos juntas? —preguntó, mientras observaba a la hermosa rubia, de ojos verdes, se sintió emocionada y de alguna manera ilusionada ¿era amor a primera vista? Negó era absurdo quizá a Virginia no le iban las chicas pensó. —Claro —Virginia, se sentía incómoda por la línea de sus pensamientos ¿Cómo podía pensar en ella de esa manera? Estaba loca, completamente loca. Observó a la chica de reojo mientras hablaba sobre, sabrá Dios que, su atención estaba fija en sus hermosos y carnosos labios… —Virginia —Selene tocó su brazo para llamar su atención, no era un toque coqueto, pero su cuerpo tembló. Estaba mal, todo en ella estaba mal ¿Qué pecado había cometido para ser así? Tenía solo dieciocho años, no recordaba entonces que había hecho mal en el pasado ¿o era en otra vida? —Virginia —levantó la mirada para encontrarse con la deslumbrante mirada de la mulata. —¿Sí? —Llegamos —señalando el salón de clases. —¡Oh! —fue lo único que sus labios pronunciaron. ⧓⧓⧓⧓ Presente Virginia se puso de pie, sus lágrimas continuaban rodando por sus mejillas ¿Qué podía hacer? ¿Qué debía hacer? Se preguntó, mientras la pequeña nota sobre la cama llamaba su atención, con manos temblorosas tomó el trozo de papel, cerró los ojos antes de desdoblar la pequeña nota. La letra fina y hermosa de Selene estaba impresa en ella.   Querida Virginia. Lamento profundamente despedirme de esta manera, pero no soy lo suficientemente fuerte y valiente para hacerlo cara a cara. Comprendo tus temores más de lo que imaginas, yo también lo viví, pasé muchos miedos y muchas situaciones antes de aceptarme tal como soy y lograr que me aceptaran. No puedo retenerte a mi lado, por mucho que te amé. Amar no es un delito Virginia, pero si no estás segura de lo que quieres por favor no me busques y sé feliz de la manera que tú creas poder serlo. Hasta pronto Selene…  —¡No! ¡No! —Virginia se dejó caer al piso de nuevo, su corazón estaba roto, ella había faltado a su promesa, había herido a Selene y se había destruido en el proceso… —¡Selene! ¡Lo siento! ¡Vuelve! ¡Vuelve! —su llanto y gritos eran lo único que podían escucharse en el departamento que habían compartido por dos años y medio, dos años y medio de amor. Sus ojos se cerraron lentamente,  solo deseaba dormir y despertar de este mal sueño… ⧓⧓⧓⧓ Tres años atrás… —¿Estás segura? —Selene asintió con una blanca sonrisa que le hizo sentir cosquillas en el pecho. —Por supuesto, tengo dieciocho y mis padres no tendrán ningún problema con mi decisión, vivimos muy lejos y el viaje es pesado para mí. —Bien podemos trasladar tus cosas a mi departamento el próximo fin de semana —Virginia sonrió tratando de parecer relajada. Llevaban dos meses de amistad exactamente desde el día que chocaron en los pasillos.  Virginia era consciente que Selene, le hacía sentir muchas cosas y emociones desconocidas, la cuales le asustaba terriblemente ¿Le gustaban las mujeres? O ¿Era solo Selene? […]