[ELÍAN] De la cocina hemos pasado al sofá, y del sofá a la cama. El reloj marca las tres de la madrugada, pero yo no quiero dormir, no cuando finalmente he conseguido que se quede abrazada a mi después de haber hecho el amor. Me pierdo en la fragancia a fresa de su champú y acaricio su cabello suavemente, respira profundo y no puedo más con su silencio —Lara, ¿podemos conversar o debo mantenerme en silencio? — Pregunto y el sonido de su risa inunda esta habitación. —Podemos conversar...— Responde pícaramente y el alivio que siento me hace sonreír ampliamente. Quiero preguntarle muchas cosas, quiero conocerla como mujer. En todos estos años nunca quise indagar en su vida privada y no sé si era porque ella nunca me dejaba entrar en esa parte de su vida, o porque en el fondo yo sentía que