[ANYA]
15 de marzo
Gracias al cambio de horario, estamos aterrizando en Genoa a primeras horas de la mañana, pero afortunadamente el cansancio no es algo con lo que tengamos que lidiar; al menos no el que la mayoría de la gente tiene que combatir. En mi caso, el único cansancio que tengo es el de haberme distraído con mi novio en la habitación del avión…
—¿Tienes sueño?— Me pregunta cuando vamos bajando la escalera de la aeronave.
Lo miro con una media sonrisa en mi rostro y niego con la cabeza —Eres un demonio, pero gracias por permitirme dormir, aunque sea tres horas— Bromeo haciendo que los dos riamos.
—No me culpes a mí por lo que tú haces, ¿acaso creías que me podías tocar así y que no habría consecuencias?— Se defiende y cuando estoy por bajar el último peldaño, él se adelanta
