[RENZO] 21 de mayo Marrakech, Marruecos Si hay una cosa que amo de mi relación con Anya, es que ambos no tenemos ningún tipo de inconveniente en romper las reglas, y nuestra luna de miel fue el claro ejemplo de ello. Entramos a nuestra habitación observando cada detalle de este hotel, y su sonrisa me contagia —¿Te gusta?— Le pregunto siguiendo sus pasos. La suite es deslumbrante, una edificación antigua, pero con lo último en tecnología sin sacrificar el hermoso ambiente marroquí que a ella le encanta, sobre todo cuando al salir por el balcón, se encuentra con una increíble vista de la medina. Le doy la propina al joven que ha traído nuestras maletas, y una vez que él se retira, cierro la puerta y luego salgo al balcón. Me encanta verla así, feliz y tan hermosa con ese vestido largo es