La heredera Marshall

Observo la enorme vista de la ciudad de Nueva York totalmente iluminada, el ruido de los carros resuenan en mis oídos. Bebo de mi copa de champagne rosa mientras el aire frío se hace presente en la enorme ventana del balcón del piso 40. Me adentro a la habitación y observo como la figura del hombre se remueve sobre la cama. Suspiro rodando mis ojos con molestia, le quito la sábana, el hombre grita una maldición pero su vista se posa alrededor de la habitación y finalmente a mi persona. -Hermosa mujer, quiere volver a la cama. -Lo que quiero es que te largues de mi habitación-comento con fastidio. Me siento en la orilla de la cama y puedo sentir los besos del hombre en mi espalda. sus besos se dirigen a mi cuello. Lo observo una vez más término de beber mi copa para finalmente levantarme. -¡Vete de mi habitación!-exclamo molesta. -¡Usted señorita debe controlar su actitud! -¡Usted debe controlar mejor sus movimientos! No es bueno en la cama. El hombre me observa furioso, toma su ropa y se cambia rapidamente. Lo observo con una mirada triunfadora. Solo puede escuchar un "nadie me había humillado de esa manera" y el portazo cuándo sale de mi habitación. Odio cuando dicen que son buenos en la cama y al final resulta lo contrario. Me tiro sobre la cama, puedo observar el techo. Cierro los ojos. Abro mis ojos una vez que me he dado cuenta de la decisión que acabo de tomar y que puede cambiar mi vida para siempre.