—¡Es un niño!
Canta cuando entramos a la mansión de Arslan.
Eros parece un crío al que le acaban de dar el regalo de su vida.
Edén y Becca saltan de sus lugares y llegan hasta mí, al tiempo que Arslan felicita a su hermano.
—Estoy tan feliz por ustedes —espeta Edén antes de dar un paso atrás y dejar que Becca haga lo propio.
Ella se ha adaptado bien a todos y aunque ha tenido sus momentos con Arslan, los tres han desarrollado una amistad y cercanía maravillosa.
—Esta es una buena noticia —murmura —aunque sabes que independientemente si es niño o niña igual la amararé.
Parpadeo ante las palabras Becca.
—Me vas a hacer llorar —me rio.
Edén pone los ojos blancos antes de pasar su brazo por mis hombros.
—Iré por algo para celebrar.
Con eso se aleja al tiempo que Arslan se acerca.
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