Narrador: Luego de que Ingrid cayera casi moribunda, Nakia a pasos débiles se le fue acercando. –"No dejaré a ninguno atrás"– pensó mientras se acercaba a ella; pero una mano rápida proveniente del minotauro la sorprendió alejándola más de su objetivo. —¡Maldito cuernudo, ya me tienes harta!— gritó Malika mientras se acercaba a la bestia con su puñal en mano; pero antes de llegar a tocarle un solo pelo, Minotauro dió un paso a un lado esquivándole sin apartar la mirada de Ingrid. El joven Ignosi sorprende a la bestia por detrás y le clava su puñal en la espalda. Un mugido de dolor estremeció las paredes del laberinto, junto con sus oídos. Aprovechando lo ocurrido, Ignosi rápidamente toma en brazos a Ingrid; Malika ayuda a Nakia y todos huyen. Corren, corren tan rápido sin mirar atrás.