Mariana
Después de platicar en la cafetería, lo he traído a mi departamento, entro y lo hago pasar, él se sienta en el sillón viejo de la pequeña sala
— ¿Qué quieres de tomar? – le pregunto y me mira sonriente
—¿Tienes whisky? – dice y lo miro irritada
— Sí claro, whisky, tequila, vodka – digo irónicamente, me mira y sonríe
— No tienes que ser sarcástica – contesta con diversión
— Solo tengo agua y jugo – le digo y hace un mohín
— Agua entonces – dice y voy a la cocina, sirvo dos vasos, regreso hasta él y le entrego uno, él lo toma con su mano y bebe del vaso, me siento a su lado y lo miro, hasta de perfil se ve hermoso
— Entonces, vives aquí – dice mirando el pequeño departamento
— Sí, es pequeño pero cómodo – le respondo y sonrío, él sonríe también
— ¿De verdad quieres que siga
