Mariana León y yo estamos mejor que nunca, no tengo ninguna duda de que lo complazco muy bien en la cama, eso me da más confianza en mí, lo amo tanto, todo con él es hermoso. — Hola – saludo con una amplia sonrisa mirando a Alana entrar a la casa — Hola – me responde ella con los ojos llorosos, me acerco y la miro preocupada — ¿Qué pasa? – le pregunto y ella llora desconsoladamente — Mariana no sé qué hacer, el imbécil que me estafó no quiere responderme, me dijo que no tengo pruebas y es la verdad, yo le firmé todo, ¿cómo fui tan estúpida?, estoy en la calle –me cuenta con amargura, yo la abrazo, y ella me corresponde, sé que no tengo mucho tiempo de conocerla, pero, creo que le he tomado cariño — No te preocupes Alana, sé que todo se solucionara, puedes quedarte aquí el tiempo que