Capítulo 2

1293 Words
Años después... Hola mi nombre es Artemisa Cervera y soy una humana que vive con licántropos, lo se es de locos ¿no? pero ellos y más seres sobrenaturales existen en el mundo. Mi madre murió protegiéndome de unos Rougues cuando tenía unos meses de nacida y eso lo se por que mi tío Moisés el Alfa de la manda Luna de guerra y Alfa de Alfas me lo ha contado. Mi padre adoptivo por decirlo de alguna manera se llama Liam y es él Beta de la manada, el dice que mi madre era su mate o su alma gemela pero mi madre solo le pudo pedir que me protegiera antes de morir y así lo hace. Me cuida demasiado diría yo sin importar que no sea su hija de sangre, tengo 16 años y voy a comenzar a asistir al instituto de la manada, nunca nadie se ha atrevido a molestarme, insultarme o hacerme algo ya que él Alfa advirtió a todos que si algo me pasaba el responsable sería colgado y torturado por traición. Con esa amenaza ni siquiera las zorras del instituto se meten conmigo, mi primo por decirlo de alguna manera es Micael pero no me gusta que él me hable no por que sea mamona, si no que, ¿qué dirán del futuro Alfa de Alfas cuando lo vean a lado de una humana como yo? Ni siquiera quiero pensarlo, mis amigos son Lucas que es un Delta y Derek que es un Omega pero no por eso es débil él ha entrenado muy duro para no ser débil. - Artemisa baja ya a desayunar o se te hará tarde para tu primer día- me miro por última vez en el espejo, tengo buen cuerpo gracias al ejercicio me gusta estar en forma pero claramente sin exagerar, salgo de mi habitación y bajo las escaleras. - Buenos días papá- le di un beso en la mejilla. - Artemisa se te va a hacer tarde- - Perdón es que me entretuve- me miro. - Esa falda está muy corta señorita- mi vestimenta de hoy se basa en un top blanco de encaje, una falda de mezclilla clara semi circular que me llega ocho dedos por encima de la rodilla y unos tenis blancos, rodé los ojos. - No tanto como quisiera- susurre y él gruño, a veces odio su sentido agudo del oído. - Ve a cambiarte- - Lo siento, se me hace tarde- termine de desayunar y fui al baño a lavarme los dientes, después agarre mi mochila y salí de la casa, es a veces muy molesto que mi padre sea sobre protector, no se en qué momento Micael se puso a mi lado yo me detuve e hice una reverencia, el como siempre se rio, me enderecé. - Sabes que no es necesario que hagas eso- - Si es necesario yo soy solo una simple humana y tu el futuro Alfa de Alfas- volvió a reírse. - Eres todo menos una simple humana- ignore su comentario y vi que ya estábamos cerca de la escuela. - Sera mejor que vayas primero, no querrás que los de otras manadas te vean entrar conmigo- - ¿Alguna vez te han molestado?- negué. - Lo hago por tu imagen- me quede parada en mi lugar y espere a que él se fuera pero solo me agarro del brazo y me arrastro para entrar juntos a la escuela -¡Suéltame Micael! ¡me lastimas!- dije solo para que me soltara, así lo hizo, todos nos miraban incluso mis amigos, genial el primer día y ya soy el puto centro de atención. - Esta bien- se fue y todos volvieron a lo suyo. - ¿Estas bien?- negué, estaba molesta odiaba ser el centro de atención y mas que me jalonearan. - Sabes que odio que me jaloneen- - Lo sabemos, pero no podíamos hacer nada le debemos respeto- suspire. - Si lo se- fuimos a clases, yo como siempre apuntando todo y prestando atención mientras que los cavernícolas que tengo por amigos intentan distraerme, a pero que tal cuando comienza la semana de exámenes hacen de todo por que yo los ayudé a estudiar, salimos de clase para ir al almuerzo. - Oye Lu ya viste que Artemisa por fin comienza a vestirse como niña- Lu así le decimos a Lucas, Derek dijo eso ya que antes me vestía con un estilo más rudo, menos femenino y solo ellos me molestaban con eso pero oigan estaba probando estilos y definitivamente este estilo de niña me queda bien aun que voy a probar combinar ambos estilos. - Supérenlo- compramos nuestros almuerzos y nos sentamos en nuestra mesa de siempre, vi a las zorras mayores entrar en la cafetería -ahí viene tu novia Lu- me burle. - Hola mi amor- dijo y se sentó en las piernas de Lucas. - Hola Rubí- dijo con tono de fastidio, ella lo beso. - Hola guapa- ella es lesbiana y no tengo nada en contra de eso pero no me gusta que siempre me esté coqueteando. - Hola Marlene ¿cómo has estado?- el que no me agrade que me coquetee, no significa que voy a ser grosera con ella. - Muy bien y por lo que veo tu también estas muy bien- asentí y sonreí, se que ella me podría mal interpretar mi amabilidad, pero simplemente no puedo evitarlo. - Si gracias- - ¿Oye Artemisa que te parece si vamos al cine mas al rato?- recuérdenme regalarle a este chico una camisa de su banda favorita por salvarme. - Si claro- dije emocionada. - Si creo que podríamos ¿que dices Rubí?- dos palabras ¡puta madre! - Yo encantada si va mi amor- - Saben que mejor lo dejamos para otro día de repente no me siento muy bien- asentí en dirección de Lucas. - Si yo tampoco- lo apoye. - ¿Quieres que te lleve a la enfermería?- - No tranquila no es para tanto- sonrió nerviosa. - Mierda, Marlene se me hizo tarde para la práctica de porristas- Marlene rodó los ojos. - Esta bien vamos, luego nos vemos guapa- me dio un beso en la mejilla y vi como se ponía roja después salió corriendo junto a Rubí. - Eso fue rarísimo- - En realidad no tanto todos saben que le gustas a Marlene desde la secundaria- - No me refiero a eso idiota, el que me diera un beso- me pase una servilleta por mi mejilla para limpiarme el labial que seguramente se quedó en mi mejilla -¿Ya se quitó?- les pregunte y ambos asintieron. Después de eso las clases siguieron su curso normal y después mis amigos me fueron a dejar a mi casa ya que todas las tardes entre semana estamos en mi casa. Yo venía en la espalda de Lucas ya que Derek huyo como cobarde y no se me ve el culo porque Derek me presto su sudadera para que me la amarrara en la cintura y la sudadera me tapa para que no se me vea nada, Lu abrió la puerta de entrada y mi padre nos miró. - Hola chicos, hija bájate de la espalda de Lucas lo vas a romper- - ¿Me estás diciendo gorda?- me baje de la espalda de Lu. - Tal vez tu padre no pero yo si ¿cuánto pesas? ¿80 kilos?- lo golpee pero lógicamente no le dolió. - No es que te importe pero peso 57 kilos idiota- - Ese vocabulario en casa no Artemisa- suspire. - Lo siento papá- subimos a mi habitación a Derek le tocó subir las botanas, refrescos y helado por no querer cargarme, veríamos películas de acción que son las que mas nos gustan.
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