Caminamos con nuestras manos entrelazadas mientras veíamos a lo lejos a mi amiga demasiado feliz y a Will demasiado serio.
—Qué pa... —Tania me interrumpió de inmediato.
—¡Llegaron! ¡Llegaron los chicos nuevos! —gritó emocionada dejándome sorda.
—¿Los viste?
—¡Sí! Bueno, sólo a uno. Es muy guapo —subió y bajó sus cejas.
Zack se puso detrás de mí, me abrazó por la espalda y habló.
—Como tú estás soltera puedes coquetearle, pero Michelle tiene novio ¿se te olvida?
—Y ni siquiera debería coquetearle —Will sonaba molesto.
—¿Celoso?—miré a mi amigo con las cejas alzadas y resopló.
—¿Qué? ¿Celoso? ¿Celoso yo? No.
—Que mal actor eres —reí.
—Vamos a clases, nos toca juntos —Tania cambió de tema.
Zack pasó su brazo por mis hombros mientras entrabamos a la sala de clases. Mis ojos fueron directamente hacia el chico con el que choqué ayer.
Así que ese era el chico nuevo
Sus ojos me encontraron observándolo, miré rápidamente hacia otro lado e hice como que hablaba con los chicos. Como el profesor aún no llegaba, me senté en el regazo de Zack y dejé un beso en su mejilla.
—¿Por qué miraste tanto al nuevo? —preguntó.
—Es que ya lo conocía. O sea no lo conozco, sólo lo vi ayer —dije encogiéndome de hombros.
—De donde mier... —lo interrumpí.
—Ayer salí a hacer ejercicio y choqué con él —Zack notó que el chico nuevo nos miraba, así que me besó ferozmente—. ¡Zack! —le reproché riendo.
Después de varias clases, donde no pasó nada interesante que les pueda contar, por fin podemos ir a almorzar. Nos sentamos los cuatro en la misma mesa de siempre y comimos nuestras hamburguesas.
Vi como el chico nuevo entró al comedor junto a otro chico más. Se ven los dos muy serios, y la verdad, dan un poco de miedo.
—¡Michelle! ¡Michelle! —escuché que me llamaban.
—¿Qué pasa? —dirigí
—Te quedaste viendo a los chicos nuevos —dijo Tania con una sonrisa juguetona en sus labios.
Zack se tensó y dirigió su mirada hasta los nuevos.
—No creo que te hayas enojado por esa estupidez. Sólo estaba viendo lo serios que son, dan un poco de miedo.
—No pienses que no conozco tus gustos, Michelle —me fulminó con la mirada.
—A ver, ¿cuál de los dos sería mi tipo de chico?
—Claramente el chico con el que chocaste —respondió y yo bufé.
Tenía razón, conoce mis gustos.
—Bueno si, pero eso no quiere decir nada. De verdad los estaba mirando porque se ven muy misteriosos.
Zack se encogió de hombros y asintió.
—Bueno si, no me fiaría nada de ellos.
—No tienen derecho de opinar sobre ellos si no los conocen. Zack, no puedes decir que no son de fiar si hasta ahora no has cruzado ni una palara con ellos —Tania dijo, y claramente tenía razón.
No juzgues un libro por su portada.
(…)
Llegué a mi casa, me saqué las zapatillas y me tiré sobre el sofá. Tomé mi celular y revisé un mensaje que me había enviado Tania.
TANIA:
¡Oyee! Ya sé cómo se llama uno de los chicos nuevos. El que estuvo en nuestra clase.
YO:
¿Y? ¿Cómo se llama?
TANIA:
Connor Bradley.