CAPÍTULO #58 —Eso es bueno —murmuró. —. Al menos estás seguro de correr el riesgo —agregó girándose para verme. —¿Hablas de la empresa? —lo imito. Asiente sellando sus labios. Palmea mi hombro sonriendo, no entendía que le estaba pasando, no era algo que esperaba de él, que actuara como un buen entendedor. —¿En serio viniste por eso? —pregunté caminando junto a él hacia la puerta. —Oye, tenía que asegurarme, ¿de qué piensas que viviré? —No has cambiado nada —negué riendo. Meneó la cabeza y salió cerrando la puerta, avancé hacia la sala nuevamente y la observé dormir, me sorprendía que no se hubiese siquiera inmutado por nuestro caminar y hablar, pero suponía que estaba muy cansada y que era la razón por lo que dormía tan profundamente. Sigiloso me senté al borde del sofá y

