CAPÍTULO #22
Sus ojos, sus curvas, tenía buenos dotes, era realmente hermosa, ni haciendo magia podría yo competir con ella. Pero que pena que por dentro no sea lo que parece.
—¿Interrumpo? —preguntó con una sonrisa encantadora.
—No, pasa Charlotte —respondió Dylan sereno.
Avanzó hacia nosotros resonando con cada paso la punta fina de sus tacones al tocar el suelo, vestía un vestido blanco sobre los muslos, que dejaba todo a la imaginación.
—Hola Luna —sonrió. —. No esperaba que estuvieras aquí en horas de almuerzo —comentó.
—Luna y yo tenemos otros trabajos —me defendió Dylan. —. ¿Qué se te ofrece Charlotte? —preguntó serio.
—¿Podemos hablar en privado? —se sentó en el asiento que yo ocupaba y cruzó sus piernas.
—Yo los dejo solos —me apresuré en decir y me fui dando zanca
