Secreto de Amor

SafeCreative Esta obra tiene todos los Derechos reservados por leyes de Copyright Registro – 2104227587684 Alicia bajo con cuidado los papales que su padre le había entregado, los puso sobre la mesa y miro a su progenitor  -          No puedes hablar en serio, papá, esto es absurdo, Leonardo y yo somos buenos amigos, pretender un matrimonio entre nosotros solo arruinara nuestra amistad, no quiero esto por favor  -          Alicia, no se  trata de lo que tú quieras en estos momentos, necesitamos que firmes este acuerdo, estamos prácticamente en la ruina,  la familia Sánchez Castillo han sido nuestros amigos durante mucho tiempo, tu misma eres amiga de Leo, ¿Por qué no aceptas? – su padre dijo con aprehensión  -          Necesitamos el capital Alicia por favor –su padre suplicó …   ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓ ⧓  Alicia quiso llorar ante el recuerdo, estaba en la discoteca para divertirse, era su última noche de soltera, mañana se casaría con su mejor amigo, sin amarlo, al menos no era amor de pareja lo que sentía por él, lo amaba como amigo, como hermano, pero sus padres habían llegado a un acuerdo matrimonial por conveniencia, ellos decía que formaban una maravillosa pareja, ella lo dudaba, no estaba enamorada y no lo estaría. Bebió de un solo trago su copa, debía por lo menos intentar disfrutar su última noche con sus amigos y olvidarse de todo lo demás  Sebastián observo a la joven mujer desde la barra, debía apenas ser mayor, su rostro se notaba triste pese al ambiente, la música y los clientes, ella parecía estar absorta en sus pensamientos, la miro salir hacia los servicios y sin poder evitarlo la siguió, había algo en ella que lo atraía, quizá  era su juventud. No se detuvo a pensarlo.  Alicia estaba mareada, se regañó por beber de un solo golpe su bebida, ella no estaba acostumbrada, su cabeza daba vueltas y su corazón solo gritaba por poder huir de la responsabilidad que tenía por delante, ella no había disfrutado  la vida era joven, porque tenía que casarse con alguien a quien no amaba. Leonardo no era feo, era un gran tipo muy guapo pero no era capaz de calentar su corazón de aquella manera.  Después de serenarse un poco y dejar de lamentarse, salió de los servicios, estaba mareada no había manera de llegar a casa por su cuenta, su cabeza dio vueltas temía caer y romperse el cuello o una pierna, quizá todo sería mejor que casarse mañana.   -          ¿Te encuentras bien? – levantó los ojos cuando el hombre la sostuvo para no ir al piso -          Si, gracias, estoy mareada, no estoy acostumbrada a beber, pero estoy bien – Alicia observo al hombre, no pudo apartar la vista de él tenía una mirada sexy, era guapo y su corazón zumbo, debía ser el alcohol en su cuerpo o estaba volviéndose loca  -          ¿te gustaría salir a tomar un poco de aire fresco? – ella asintió y se dejó hacer, el desconocido la tomo de la mano y le ayudo a salir, el aire fresco golpeo su rostro, realmente lo había necesitado  -          Ven – ella se sorprendió un poco cuando el desconocido la llevo hasta su coche, la ayudo a subirse y le colocó el cinturón de seguridad, rodeo el auto y subió al asiento del piloto, puso en marcha del auto y solo se detuvo alrededor de quince minutos después  -          ¿Por qué me has traído hasta aquí? – pregunto el alcohol aun embotaba sus sentidos pero el aire fresco le hizo bien, cuando bajo con la ayuda del hombre guapo.  -          Me gusta el lugar – ella observo estaban en él mirado de Panajachel, desde la altura podía observar el lago de Atitlán la luna se reflejaba sobre el agua, una visión realmente hermosa, nunca había tenido la oportunidad de observar pero desde aquí eras simplemente maravillosa.  -          Sebastián – ella giro su rostro hacia el hombre  -          ¿Perdón? – ella estaba confusa  -          Soy Sebastián, ¿Cuál es tu nombre? – el preguntó amablemente  -          Alicia – no dio su apellido no tenía sentido, nunca volvería a ver al hombre  -          Encantado Alicia – él sonrió y un escalofrió recorrió el cuerpo de Alicia, estaba realmente loca, como pudo aceptar venir con un completo desconocido, ¿había olvidado lo peligroso que podría ser?  Sebastián, no era un don Juan, no tenía novia y no estaba interesado en las aventuras de una noche, pero los labios rojos de Alicia eran una invitación al desastre, se preguntó ¿Por qué no? No se volverían a ver y un beso no mataría a nadie, la tomo de la cintura cuando ella intento alejarse, se acercó justo para sentir el aliento caliente de la chica sobre su boca y sin poder evitarlo los tomó entre sus labios  El beso hizo que Alicia se estremeciera, nunca en su vida había sido besada con tanta pasión, sentía que su cuerpo había sido golpeado por un rayo, incapaz de explicar lo que sentía, se dejó hacer el hombre parecía mayor que ella, no sabía y quizá no estaba interesada solo quería un poco más de aquel beso caliente.  El beso fue cada vez más y más intenso, Alicia gimió cuando Sebastián pego su cuerpo al auto, sus lenguas danzaron, mientras el calor se apodero de su cuerpo  Sebastián mordió su labio y él se dejó llevar, sería solo esta vez, una única vez, quería romper las reglas total dudaba que su matrimonio fuera a llegar a consumarse algún día.  Alicia carecía de experiencia, solo se dejó llevar por Sebastián y por las emociones que le hacía sentir, luego podría echarle la culpa al alcohol.  Dejó que Sebastián la guiará pero su instinto le hizo actuar, desabrocho la camisa del hombre y se la sacó mientras él hacía lo mismo con ella.  Ella gimió cuando Sebastián le presto interés a sus jóvenes y virginales pechos, cuando sus manos la tocaron ella tembló no supo en que momento pero Sebastián la tumbo en el asiento trasero del auto y le quito la levanto su falda corta hasta su cintura. -          Deseas que me detenga – Él pregunto pero ella negó quería esto, lo necesitaba  Esta sería su primera vez, ella había besado chicos en el pasado, pero nunca había llegado a tener intimidad con ninguno de sus novios, pero hoy, hoy necesitaba entregarse a ese hombre completamente.  Sebastián sonrió mientras le quito las diminutas bragas, su cuerpo era perfecto, su vientre plano, sus largas piernas, no pudo evitar gemir anta la  visión del cuerpo de Alicia, sus manos acariciaron el cuerpo entero de la chica, hasta llegar a su intimidad, estaba humedad y él deseo enterrarse en ella.  Por favor, Sebastián por favor – ella no sabía porque suplicaba, hasta que sintió algo duro y caliente adentrase en su apretado sexo, Sebastián atravesó la fina tela de la virginidad de Alicia  arrancando un gemido fuerte en ella, de detuvo para que ella se acostumbrara a él, ella movió las caderas en señal de que estaba lista y el disfruto del vaivén de sus caderas, tuvieron sexo más de una vez esa noche dentro del auto.  El sol molesto los ojos de Alicia y la cruda realidad la golpeo, su boda era hoy y ella seguía enredada entre las piernas de su amante…