Mientras iban regresando a su habitación, poco antes de entrar a la habitación de Rachel, las muchachas se encontraron con el mismo Duque quien pasaba por aquellos pasadizos sin motivo alguno realmente. A Rachel esto le dio mala espina, pero no habló cosa alguna por discreción porque lo único que quería era entrar a la habitación y quitarse ese vestido enorme que traía sobre ella.
Por otro lado, Valeria también tenía muy pocos ánimos de hacer algo como mantener otra charla con el Duque; si bien, se había mantenido callada todo este tiempo, esto no significaba que estuviera bien con respecto a las actitudes que el Duque había mostrado, simplemente que su hermana había tomado la delantera, y no podía haber dos revoltosas, era regla, una de ellas debía ayudar a apaciguar el enojo de la otra
