Jake sonrió con cierta soberbia, abrió un portal enorme y los mando lejos del mundo humano. — Felizmente vives a cierta distancia del resto. — Pensó, Rachel. — ¿Qué rayos eran esos? — Le preguntó. — Rogues. — Respondió, Lilith. — Lobos que alguna vez pertenecieron a una manada, pero por diversas razones terminaron vagando por tierra de nadie. — Sí, diez años y Rachel seguía descubriendo cosas nuevas. Y es que tampoco era que se pudiera ver a esa especie todos los días, mejor dicho, era rarísimo poder verlos siquiera. Por alguna u otra razón siempre andaban tras las sombras, no importaba si eran un grupo o uno solo, los rogues no se dejaban ver, ya sea porque muchos de ellos estaban siendo buscados o porque en el mundo mágico se creía que traían mala suerte o eran señal de infor