Después de Rachel haber llorado en los brazos de su tía, llegó su padre cuando ya estaba dormida; sí, dormida en los brazos de Lilith. Y esto tenía mucho sentía, si se tenía en cuenta que Rachel no había comido, ni bebido agua o sangre, simplemente no se había alimentado y, a esto agregarle que estuvo llorando cual Maria Magdalena por los pasillos, era entendible que su cuerpo le pidiera descanso. Su padre se la llevó a su habitación, y por cuestiones de mantenerla lista para su próxima misión, Klauss pidió que la alimentaran de otra manera, más sangre en su sistema a través de una intravenosa. Aun así, Rachel no quiso despertar (porque ella tenía la capacidad de decir por su cuerpo) por unas largas horas. Todos temían que fuera a deprimirse porque esos síntomas lo dejaban a entrever;