Fueron varias horas en las que las muchachas tuvieron que pasar sentadas esperando a llegar a su destino final, por muy lujosa que fuera primera clase, no lograban siquiera cerrar el ojo por aburrimiento, porque sí, llegado a un punto comenzaron a aburrirse del trayecto. Literalmente se trató de hacer todo lo que les era permitido, pero ya no aguantaban más la expectativa. En otra aerolínea, porque sí, los chicos debían pasar completamente desapercibidos y pues era evidente que si se mantenían en el mismo avión era cuestión de tiempo para que Matías los encontrase, y ahí si se armaría un problema; por eso, ellos iban en una aerolínea que partía casi al mismo tiempo que el de las muchachas, y en preciso momento, a pocas horas de llegar al destino esperado, estaba casi casi roncando. Lo