Valeria creía fielmente que las cosas entre ellos funcionarían si él seguía teniendo ese pensamiento, de querer respetar lo que Valeria sentía y no presionarla ni juzgarla por algo que ella no podía evitar. Además, ella también sentía un pequeño cambio en sus pensamientos sobre él, recordemos que al inicio lo veía como un completo extraño, pero ahora sentía mucha más confianza. — Vamos ir bien, verás. — Valeria entró a su cama. — Mañana será un día largo. — Le recordó. — Será mejor que descanses un poco. — Adrián entró dudando, no sabía si podía tocarla, debía mantener la misma distancia que ayer o debía traer otra cobija. — ¿Quieres decirme algo? — Le preguntó al ver que la veía. — Te veo muy incómodo. — Adrián dejo de verla para ver el techo. — ¿Cómo…? — Carraspeó tratando de