—¡Logan! —La escuchamos gritar emocionada. —Es su mejor amigo —explica Nélida—. Y tenía unos meses de viaje. —Lo sé, viajé con él desde Seattle. —¡Qué coincidencia! —Hola, Nélida —entra a saludar y le da un enorme abrazo. —¿Cómo estás, hijo? ¿Qué tal te fue? —Estoy bien y no la pasé mal, pero extrañaba demasiado a la familia y al rancho —responde—. Hola, Serenity —sonríe al verme. —Hola, Logan. —¿Qué tal el pequeño Lucca? —interroga Haimi. —Es muy guapo, se parece a mí —comenta orgulloso—. ¿Y Evan? —Está de viaje en la ciudad —contesta Nélida. —¿Cuándo regresa? —indaga el chico. —No lo sabemos, estaba un poco liado con algunos permisos de exportación —explica Haimi. —Nélida, ¿le da permiso a Haimi para ir al rancho conmigo? —Claro, pero no quiero que regrese tarde. —