Pasaron dos semanas, Sasha sabía que ya no tenía quejas contra Michael, incluso si se le preguntaba, solo quería que volvieran a ser una familia, pero por alguna razón, no quería sacar el tema y estaba preparada para esperar a que él lo hiciera. El tono de llamada de su teléfono interrumpió su pensamiento y lo recogió de su escritorio, al ver a la persona que llamaba, sonrió y respondió la llamada.
-Sasha, ¿cómo estás? - su voz salió del teléfono.
-¿Estoy bien, Sharon y tú?- Sasha preguntó.
-Estoy bien. ¿Estás en tu oficina? -
-¿Si porque?-
-Estoy cerca; ¿Crees que podamos almorzar juntas?-
-Definitivamente-
-Está bien, te espero en el restaurante-.
-Estaré allí en cinco- respondió ella y colgó la llamada. Cerró el archivo en el que se suponía que debía estar trabajando, pero en su
