Capítulo 1.

2438 Words
Sin otra alternativa a la situación en la que se encontraba, Kendall se apresuró a la puerta del baño, clausurándola con seguro, ella no pensaba seguir haciendo el ridículo paseándose por los corredores hasta el baño de chicas que quedaba al otro lado de la preparatoria. Ya había tenido suficiente por una noche, de hecho, de alguna manera sentía que había tenido suficiente para el resto de su vida. -¿Por qué le pedí eso? -Se preguntó a si misma mientras veía su reflejo recostado en la puerta del baño. Desde que Ethan se había marchado, algo en su interior había quedado gravemente perturbado, Kendall aun no entendía por qué diablos le había pedido a uno de los patanes más grandes que había conocido, que le ayudara a ser como sus conquistas, Kendall debió haber sufrido un lapso cerebral en ese momento, por que ciertamente ella no quería ser una de esas britneys a las que chicos como él estaban acostumbrados a usar. Sin cavilar más en lo que había pedido, y más aún, en las razones por las que su boca había soltado esas palabras, Kendall se dispuso a sacar por lo menos una parte, la crema de tarta que tenía aun en su cabeza, le iba a llevar tiempo, pero ella ciertamente no estaba planeando salir pronto de ahí y mucho menos volver a la cancha de baloncesto. -¿Por qué le has hecho eso a esa pobre chica? -Le pregunto Ethan a Britney mientras la alcanzaba en la pista de baile. No era como si Ethan y Kendall fueran amigos, pero él entendía que Britney se había comportado más bruja que nunca en su vida, y él había sentido algo parecido a la lastima cuando había visto a la sucia chica saliendo del cubículo del baño de hombres. -¿Que? ¿Piensas convertirte en el Robin Hood de las feas? -Le reprocho la sarcástica Britney mientras lo agarraba por el cuello y lo obligaba a bailar con ella. -Solo digo que podías haberla dejar descansar, por lo menos por un último día-Él se aferró a la cintura de ella, y se dejó llevar por la música mientras olvidaba muy bien porque era que estaba defendiendo a Kendall. Ese era el efecto que Britney generaba en Ethan, ese de éxtasis que por un momento parece placentero hasta que despiertas y te das cuenta que es como si hubieras estado bajo los efectos de la droga, claro que Britney podía muy bien compararse con los alucinógenos . Ella era toxica, dañina y endemoniadamente llamativa y provocativa. Era eso lo que Ethan siempre había pensado de ella, y era por esa misma razón, que la usaba para descansarse de sus problemas, para olvidar la realidad por un segundo y con un gemido en su oído. -Es fea, nació para sufrir, no la iba a dejar que se fueras de rositas-La rubia platinada cada vez se acercaba más a Ethan y le bailaba de un modo más provocativo. De algún modo Britney creía que tenía el derecho de ser mala con el resto de personas y manipular a su antojo y beneficio. Ella tenía el poder, era la chica más popular y bella del instituto ¿Por qué no aprovecharlo? -Se recordaba siempre a sí misma. -Oye, bonito-Le hablo al oído mientras le acariciaba el cabello a su compañero de baile, e impedía a si mismo que siguiera hablando de la estúpida Kendall-¿Por qué no te pasas por mi apartamento más al rato? -Le mordió el lóbulo de la oreja mientras aprovechaba la oscuridad para convencerlo con su sensual movimiento. -Le he prometido a mi madre que hablaremos en cuanto llegue a casa-Ethan sabía que debía hablar con su madre, de hecho hacía mucho tiempo se debían una conversación que ambos habían estado evitando, porque era más fácil soportar todo si no encaraban los problemas , y sobre todo las posibilidades de que Ethan no lograra entrar becado a la universidad-Creo que tengo que irme pronto-La miro con los ojos totalmente encendidos, esos mismos que le decían a Britney, que el chico estaba nuevamente a sus pies. O eso era lo que ella creía… Ethan no era en absoluto un chico romántico o que te pediría salir y ser su novia, Ethan Lake, estaba lleno de demonios que lo obligaban a apartar todo el espectro de los sentimientos a su alrededor, él solo le daría una noche candente a Britney, y después de eso, se marcharía a su habitación a dormir satisfecho, con la conciencia tranquila y sobre todo, con el corazón clausurado. -¿Entonces no quieres divertirte un poco? -Ella metió una de sus manos dentro del blazer de Ethan, y comenzó a jugar con su trabajador torso mientras intentaba convencerlo. -Te llamare antes de llegar-Aseguro él al fin ¿A quién le iba a mentir? Britney era la chica más sensual que había conocido en toda su vida-Pero debo marcharme ya. -Espera, tengo una sorpresa-Ella le dedico la sonrisa más cálida que podía mostrar mientras se separaba del galán, y se iba a adelantar la sorpresa que le tenía a quien esperaba fuera algún día su novio. Kendall acababa de terminar de limpiar, hasta donde había podido, su vestido de fiesta melocotón y su cabello corto castaño, estaba lista para irse, para marcharse de ese lugar que tantas penas le había causado, pero sobre todo, se sentía lo suficientemente valiente para prometerse no volver a mirar atrás nunca más. Con los guantes y los taconcitos en la mano se dispuso a salir del baño y caminar en la dirección a la salida ¡Gracias a Dios parecía no haber nadie en los corredores! Todos estaban concentrados en el baile de despedida, algo memorable debía estar sucediendo. Sin embargo, y como si no fuera con ella, camino con descuido, hasta que las voces por los altavoces de la cancha de baloncesto la hicieran detenerse en seco y caminar con sigilo hasta el evento. -¡Vamos a anunciar a los reyes del baile! -La voz del presidente del cuerpo estudiantil sonó por todos lados mientras se podía oír las risitas nerviosas e incluso los abucheos de los que no estaban de acuerdo con la coronación. Pero Kendall, quien era amante de las historias románticas, bailes y finales felices, se asomó por un lado de la cortina, y sin entrar totalmente se quedó esperando para saber quiénes habían ganado, porque incluso aunque toda la escuela ya supiera quienes iban a ser los ganadores, no dejaba de sentirse la tensión y la emoción aún desde la posición poco privilegiada en que ella estaba. Un redoble de platillos se escuchó, y entonces los nombres de Ethan Lake & Britney Callaghan-Sonaron mientras el confeti salía disparado por los cañones que estaban instalados a los lados del escenario. Kendall se quedó observando como la parejita subía a recibir sus títulos, podía ver lo bien que lucían juntos, el cabello negro de Ethan contrastaba a la perfección con la melena rubia de Britney, y los ojos miel de ella, combinaban de ensueño con las esmeraldas en los ojos de Ethan. ¿Qué decir? No importaba todo el mal que hicieran, por alguna jugarreta absurda del destino ellos si tenían su final feliz, ese que ella dudaba encontrar en algún momento. Una lagrima se resbalo por las mejillas de Kendall, así que antes de que alguien pudiera verla, se apresuró al estacionamiento donde su madre la estaba esperando. -¿Qué tal ha ido todo cariño? -Le preguntó Sophie con una candorosa sonrisa. -Bien, solo me he derramado un poco de salsa para nachos en el vestido y he salido antes-Mintió, lo que menos quería era que su madre supiera lo mal que lo había pasado, de la última persona en el mundo de la que quería despertar lastima, era de su madre, sobre todo, porque esta pensaba que lo superficial estaba en un segundo plano y que las palabras y ofensas no tenían relevancia si se contaba con un buen estima propio, cosa de la que Kendall carecía en toda su expresión. Ethan, a solo unos metros de distancia, se subió a su motocicleta y apretó el acelerador, le gustaba dar rienda suelta a su adrenalina sobre todo en momentos como esos en donde sabía que lo iba a necesitar. Ethan se quitó el blazer, y se enrollo las mangas de la camisa, hasta que sintió que estas ya no estorbaban. Sin embargo y a pesar de eso, Ethan no se sentía tranquilo, su cuerpo estaba por completo tensado, lo sabía por la forma en la que sus manos empezaron a doler por la fricción que hacía con el acelerador de la motocicleta negra, ¿Qué si no lo logro ? Era por lo que estaba tan preocupado, en ese momento en que se había acabado la escuela, las responsabilidades e interrogantes de Ethan eran más grandes y no sabía cómo lo iba a sobrellevar, sobre todo, porque era él solo quien se las arreglaba, su padre hacía mucho que los había abandonado a él y a su madre, y odiaba la sensación de estar a la deriva. -¿A dónde vas? -Él acababa de estacionar su motocicleta, y vio cómo su madre terminaba de cerrar la puerta hasta salir a donde él estaba. -Me han llamado para doblar un turno-Su madre, Jordyn, una mujer trabajadora y un poco áspera, se acercó desanimada, temiendo por el futuro de ella y su hijo. -Pensé que querías hablar-Él la miro con detenimiento mientras sintió que se había salvado también de esa. -Lo sé, lo quiero, pero necesitamos el dinero-Volvió a pronunciar atándose una coleta alta con el escaso cabello que todavía le quedaba. -Vamos, te llevo-Ethan le tendió la mano a su madre y la ayudo a incorporarse. Con su madre como copiloto, él era más cuidadoso y menos veloz, sabia lo mucho que su madre odiaba la motocicleta, y cuanto le costaba andar en ella sin sentir que moriría, era por eso que prefería ser precavido, a él le dolía su madre , le molestaba tener que dejarla a las diez de la noche en el trabajo, era mucho para ella, y era por eso por lo que odiaba a su padre. Era su madre, el viviente ejemplo de por qué no podía dejarse llevar por esas estúpidas historias que hablaban sobre el amor, ella había dejado su vida en manos de un hombre, y este lo único que había hecho había sido pisotearla hasta marchitarla. Britney recibió un mensaje de Ethan en su móvil, diciéndole que podría pasar antes por su departamento, por lo cual y sin pensarlo dos veces, se dispuso a salir del salón que se había vuelto aburrido desde que Ethan se había marchado. En cuanto estuvo frente a su edificio, Britney aparcó en el estacionamiento, y subió a su loft mientras se quitaba apresuradamente el vestido, ella tenía una sorpresa preparada para Ethan, lo que ella no sabía, era que Ethan ya no tenía el mismo humor que había tenido en la fiesta, el chip de odio se había disparado en la cabeza de él y pensaba descargar toda esa furia con ella. -¿Britney? -Ethan llamo mientras terminaba de cerrar la puerta y dejaba la llave que Britney dejaba para el debajo del extintor sobre la mesa, sin embargo todo estaba a oscuras en el recibidor, no se veía nada a excepción de una luz blanquecina que provenía de la habitación de Britney. -¿Me buscabas? -Britney se apareció ante él, estaba toda llena de colorete rojo en los labios, tenía puestas unas botas altas de cuero hasta la rodilla, y un conjunto de lencería que la hacía ver muchísimo más sensual de lo que era, Ethan necesita descargarse de inmediato. Así que, sin preámbulo, y sin decirle nada, él se acercó hasta ella y la beso con rudeza, le agarro el cabello con desesperación y la hizo girar hasta estar de espaldas a la gran cama triple de ella, Ethan se sacó con desesperación la camisa blanca que empezaba a estorbar. -Déjame hacerlo-Le dijo Britney, pero él no quería que ella lo desnudase, Ethan no quería el romanticismo barato que Britney intentaba brindarle, el solo quería invadir su cuerpo y después marcharse a su realidad, así que ignorando su petición, él se deshizo de los pantalones de vestir color negro y se adueñó de los labios rojos que esperaba alivianaran todo lo que sentía. Ethan necesitaba más, esa vez no estaba funcionando, así que buscando desesperadamente ese algo más, él se arrodillo frente a Britney, y mientras esta soltaba pequeños gemidos de placer, él le pasó las bragas por encima de las botas, a lo que ella lo miro entre enojada y confundida, él se lo estaba tomando demasiado deprisa y a ella eso no le gustaba. Luego de que Britney, estuvo al pleno alance, Ethan la hizo recostar sobre el colchón, y sin pensarlo dos veces puso ambas manos a su lado y entro en ella, las embestidas fueron desde el principio reclamantes y veloces, y Britney parecía que empezaba a olvidársele que Ethan esa vez estaba siendo más injusto y rudo con ella que nunca. Ambos estaban próximos a llegar al clímax, el orgasmo llegaría dentro de poco, justo lo que ambos necesitaban, Britney para sentirse amada, Ethan para liberar la tensión. Luego de que ella apretara los ojos con fuerza, y soltara un último gemido liberándose, Ethan hizo lo mismo, a lo que ella lo miro con los ojos brillantes mientras sentía el calor recorriendo su interior. Ethan salió de ella, jadeando y con la frente llena de sudor, Britney respiró agitadamente y se sonrojo en cuanto se dio cuenta que Ethan ni siquiera le había quitado el sujetador. Todo había sido tan rápido, vacío y sin sentido- Pensó ella, mientras ignoraba que eso era justamente lo que buscaba Ethan, decepcionarla lo suficiente para que no se enamorara. Ella se quitó a si misma el sujetador de encaje negro, se sentó en la cama y se deshizo también de las botas negras que aun llevaba puestas, a pesar de todo, Britney quería que Ethan se quedase esa noche, quería abrazarlo y dormir a su lado, pero antes de que ella lograra hacerlo, él se levantó de la cama, y se dispuso a vestirse. Ethan ya había tenido lo que quería, y debía enfrentarse nuevamente a sus demonios, los mismo que le decían que solo tenía una opción. Debía ir a casa de Kendall a decirle que aceptaba su propuesta.
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