bc

El asistente

book_age18+
4.8K
FOLLOW
22.3K
READ
sex
age gap
dominant
bitch
confident
bxg
humorous
office/work place
cruel
assistant
like
intro-logo
Blurb

Claudia es una de las ejecutivas más exitosas de la corporación Z, es recta, estricta y brillante en su trabajo, cuando su fiel asistente queda embarazada deben buscarle un reemplazo de inmediato. Ella no le presta atención al asunto hasta que HHRR le presenta al reemplazo temporal de su asistente, un sexy chico porque el se sientel atraída físicamente al instante.

Entre los dilemas morales y los deseos, Claudia deberá luchar constantemente. ¿Ganara el deseo?

Segundo relato de la serie relatos eróticos románticos de oficina

Foto de portada: Foto de Negocios creado por alexvolot - www.freepik.es

chap-preview
Free preview
Capítulo I
Esta mañana no amanecí de buen humor, César estuvo llamándome toda la noche y desde las 5:00 am de hoy,  para resolver un asunto grave que tenemos con unos inversionistas, por su tono de voz,  sé que me quiere culpar de que este estancada la situación; es muy caballero para decírmelo directamente, o más bien muy cobarde al no reclamármelo de frente, aunque considero que no es mi responsabilidad la situación, me gustaría al menos tener la oportunidad de defenderme, si yo fuera hombre, si yo fuera Iker u Oliver, me trataría diferente, en cambio tenemos esta relación pasivo agresiva en la que no me dice directamente nada pero me insinúa cosas y eso me deja molesta sin poderle reclamar más que con indirectas, pero es el jefe y me lo tengo que aguantar. Tomo mi desayuno en casa,  por si al llegar, mi jefe no me deja ni hacer eso, y decidí no preparar café, mandaré a pedir uno de la cafetería al llegar. Manejo con cautela, puse el disco nuevo de Dua Lipa, y mientras escucho me siento como de  20 años de nuevo, se me olvida todo el asunto con el oficial de cumplimiento, con el compliance, con los inversionistas, demandas, contratos, recuperación de fondos, todo eso queda atrás cubierto por la juvenil voz de Dua Lipa. Apagó el reproductor, apagó el auto y miro alrededor en el estacionamiento, veo que solo está llegando Iker, pobre infeliz, cree que nadie se da cuenta de que se folla a su pasante, y tan perfecto que quiere aparentar ser, el imbécil, si, él llega temprano pero yo llegó a veces más temprano que él y veo que la deja a ella en la parada, nos cree idiotas a los demás. La chica es muy linda, yo sabía que no iba a tardar en caer con alguna, no lo juzgo, solo que no sé cómo pueden mezclar la vida privada y la laboral. Me parece una falta de respeto. Camino hacia al ascensor y me lo cruzo, tendré que sonreír para disimular, por culpa de los incapaces de la gente que está a su cargo es que estamos metidos en el lio que estamos metidos, él sigue siendo alabado como un dios perfecto y yo soy acosada para resolver sus errores. Por hoy, lo odio. —¡Buenos días Claudia! ¿Cómo va el asunto con la recuperación de fondos? ¿Ya se introdujo la demanda? —pregunta Iker. No tengo muchas ganas de hablar con él o con nadie. Así que finjo un dolor de cabeza. —¡Bien! Iker, ya estamos trabajando en eso. Te aviso cualquier cosa. ¡Qué  estés bien! —respondo agarrándome la cabeza, él asiente y se despide con la mano. Para evitarlo en el ascensor, voy yo misma por mí café, decido tomarlo allí y respirar con calma antes de sentarme en mi escritorio y discutir con César por lo mismo; el defendiendo a Iker y yo tratando de defenderme a mí, no sé cómo él mete la pata y yo, que soy quien debe resolverlo, soy la mala y la que es regañada y acosada. Cuando termino de beber mi late de vainilla, subo por el ascensor, me miró en el espejo y noto que además de tener ojeras, no me he esforzado lo suficiente por peinarme, visto de forma descuidada, pantalones beige de lino amplios y una blusa beige amplia que mi abuelita debe estar buscando, suspiro resignada, espero que el sobretodo blanco, que deje ayer sobre mi escritorio cubra mi falta de estilo y sentido de la moda, en un lugar en él que hasta la que limpia los baños luce como modelo de revista de moda. Me regaño mentalmente, no puede ser que no sean las 8:00 de la mañana aún y yo ya esté con este humor de perros. Odio la vida, pienso. Y siempre puede ser peor, siempre es peor, a la puerta de mi oficina está César, con cara de pocos amigos, con su mirada de juez. Es un hombre muy atractivo, el maldito es alto, atlético, de mirada profunda, labios perfectos, debió ser actor o cantante, ¡Maldita sea el día que decidió ser economista y dedicarse a esto! —¡Buenos días Claudia! —saluda con formalidad, mirándome de arriba abajo. Si parezco una loca, supéralo, le digo mentalmente. —¿Me vas a dar oportunidad de ubicarme en mi puesto? —le suplico con ironía, que él nota. —¡Disculpa! Pero esto es delicado, no es por el dinero que se pueda perder, que claro que es importante, es además nuestra reputación, la comisión de valores, nuestros aliados… —¡No me expliques eso a mí! Conversa eso con Iker. Él tiene un trabajo, ese es parte de su trabajo. No el mío. —¡Claudia! El oficial de cumplimiento te reporta. —¡Entonces lo voy a despedir ya, hoy mismo lo despido —respondo molesta, ya se empieza a calentar mi cabeza y me arrepiento de haber desayunado, me va  dar una embolia. —¡Conversaremos cuando estés calmada, así como estás no vamos a llegar a ningún acuerdo! —¿A cuál acuerdo quieres llegar? ¿Qué renuncie? ¿Es eso? —me levanto. —¡No! Claro que no, eres nuestro mayor orgullo, una de las mejores ejecutivas, 34 años y un record impresionante, Claudia, ¡Por favor! Necesito que te lleves bien con Iker para resolver mejor esto, él dice que no te puede hablar, que te alteras. —¡Si porque no me he tomado mis medicinas! —llevo mis dedos a mi entrecejo —¡Lo siento! No debí responder así, estoy bajo mucha presión, César no me ayudas, dame espacio para resolver esto como sé, después hablamos. —¡Está bien! Te dejo tu espacio. Lo veo marcharse algo avergonzado, y aunque debería sentirlo como una victoria, yo también siento vergüenza, me hace perder mi equilibrio. —¡Claudia! ¿Se puede? —pregunta Jax. —¡Pasa! —me recuesto de mi silla como si fueran las 5 de la tarde, apenas  marcan las 8 de la mañana. —¡Necesito hablarte de algo urgente! —¡Dime! —le digo sin mirarla, me incorporo de nuevo y enciendo la portátil y empiezo a organizar los papeles sobre mi escritorio. —¡Fui al médico! Me mando de reposo, tengo placenta previa, de hecho ahora no debería estar acá, tengo que irme Claudia. La miro atónita, no puede ser. ¡Maldita vida! No puede ser. ¿Puede ir peor este día? —¿Estás bien? ¿Qué significa eso? ¿Es peligroso? ¿Cuántos días necesitas? ¿7, 15? Tómalos, tranquila, ya veré a qué pasante pido para que me ayude aquí, César tiene dos, quizás le pido me mande a la chica —escupo desesperada. —¡Claudia! Lo siento, son 21 días, y me dio otro reposo adicional para que complete los meses que me faltan, en casa de reposo. —¿Tres meses? —¡Sí! Lo siento, ya en recursos humanos están al tanto, te van a contactar esta mañana para que hagas las entrevistas, lo siento, me voy, adiós. Me levanto sin procesar nada aún y la abrazo, es una asistente fiel y buena persona, no puedo ser egoísta, le deseo lo mejor y la dejo ir. En efecto a la hora, me llama Daniela, y me pregunta a qué hora puedo recibir a los candidatos para las entrevistas para sustituir a Jax por cuatro meses más o menos, los tres meses de ahora y uno cuando dé a luz. —¡No me interesa ese asunto ahora! Daniela, no puedo perder tiempo entrevistando asistentes sustitutas, quiero un clon de Jax, eso es todo, haz tu trabajo de selección, ¿Qué no eres la experta? Tienes miles de pasantes, mándame uno, que se yo. Pero eso es para ya Daniela. No puedo esperar. Cuelgo y me concentro en lo mío. El día transcurre tranquilo, al no tener asistente, no hay llamadas que atender, es decir, las hay pero las ignoro. Logró contactar por correo con los abogados de un proveedor, los de uno de los inversionistas, el equipo de legal a mi cargo es eficiente, al final del día deben estar redactados los contratos y mañana podremos introducir las demandas. Daniela me vuelve a llamar y me avisa que ya tiene reemplazo para Jax, a las 8:00 estará en la oficina, porque justo ese momento ya estaba haciendo el papeleo. —Quieres hacer la inducción ahora o… —¡Mañana que empiece y ya Daniela! —le digo. Me voy a casa, fue un día duro pero César entendió mi súplica y espero que no me esté llamando más, me dejó en paz durante el día, cosa que agradezco, lo copie en todos los correos y lo mantuve al tanto de todo. Llego a casa y tras un largo baño me echo en mi cama, siento que para relajarme más me voy a regalar un orgasmo, me ayudo con una almohada entre las piernas y con el sensual cuerpo de césar en mi mente, aunque era la última persona en la que quería pensar, pero necesitaba ayuda con mi imaginación, surte efecto y después de frotar contra la almohada dejo soltar un gemido, me ayudo con mis dedos y lo logro. Sonrío al darme cuenta de que no necesitaré echar mano de mi amigo con pilas. Hoy dormiré como bebe. Mañana todo será mejor.  

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

SUBASTADA

read
151.3K
bc

Una esposa para el jefe

read
271.6K
bc

La guardaespaldas

read
53.1K
bc

Maestro privado del placer

read
255.7K
bc

Amando tus curvas

read
236.2K
bc

Al otro lado de la calle

read
44.9K
bc

Mi Amor Prohibido

read
302.7K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook