bc

Viviendo Conmigo

book_age16+
16
FOLLOW
1K
READ
HE
neighbor
drama
mystery
campus
like
intro-logo
Blurb

Maddie entra a una nueva etapa en su vida donde cree que tiene todo resuelto, está dispuesta a explorar más de sí misma lo que será un proceso inolvidable.

Las dudas en su vida continuarán hasta que ella decida encontrar las respuestas, la pregunta es, ¿le gustará lo que encuentre?

chap-preview
Free preview
Capítulo 1 "Amistades"
–Oh Dios– murmuré con frustración cuando sentí que mi café se caía. –Deja que te ayude– una chica llega a mi lado y me ayuda con mis libros. Sonreí apenada. –Muchas gracias, pensé que no podría caminar un escalón más– respondí con nerviosismo. –Oh no te preocupes, yo pensé lo mismo, no sucedió– sonrió con amabilidad –, no hasta el siguiente día. Nos reímos levemente. –¿Entonces no eres de primero? –No, estoy en mi segundo año, dos semestres de pura diversión– sonrió mostrando sus hoyuelos –. Con gusto puedo mostrarte el campus. ¿A qué clase vas? –Oh me encantaría, gracias– sonreí con gratitud. No esperaba que fuera tan amable –, me dirijo a “Literatura Uno”. –Ohh, escritora– me dirigió una mirada examinadora –, me agradas. Mi hermano está en esa carrera también, de seguro te encontrarás con él, le encanta molestar a los de primero. –Es bueno saberlo– dije tragando en seco –. Suelo ser un blanco fácil. –Oh, ¿por ser pelirroja? Asentí apretando los labios. Nos detuvimos en el pasillo, aún no pasaban muchos estudiantes porque es temprano. –Te entiendo, a mí me molestaban por no ser rubia y digamos que soy diferente a las demás, no quiero sonar muy– chasqueó su lengua buscando la palabra correcta –, ya sabes, irritable y predecible diciendo esa frase. –Te entiendo, a veces de cualquier cosa quieren molestar. –Exactamente, por eso ahora yo soy la que molesta– se encogió de hombros –. ¿Cuál es tu nombre? –Maddie, mucho gusto. –Igualmente– estrechó su mano con la mía entre los libros –. Soy Katherine, pero me puedes decir “Kat”. –Lindo nombre– sonreí. –Gracias, lindo cabello– guiñó un ojo –. Tengo que ir a mi clase, la tuya está entrando a esa puerta, suerte. –Muchas gracias– respondí tomando mis libros con cuidado de no derramar el café y que ningún libro cayera. –Te busco después, ¡adiós! La despedí con una sonrisa. Qué alivio haber tenido mi primera interacción y que haya sido tan buena, ahora me preparo para mi primera clase. Entro al salón de clases, es grande y hay muchos asientos, definitivamente en un cambio. Camino hacia uno de los asientos en las orillas y me siento, acomodo los libros y aprovecho para meter los que no corresponden a esta clase. Suspiro y miro al frente. Estoy feliz. La clase comienza y es música para mis oídos, no podía ocultar mi sonrisa en toda la hora, escribí todo lo que pude, escuché cada palabra. Salí de mi primera clase de manera victoriosa, con mis ojos en el papel con mi horario, choqué con alguien. Bravo Madison. –Ouh, con cuidado. –Lo lamento– levanté mi mirada para encontrarme con un chico muy familiar. –Tu hoja– se agachó para tomar la hoja que se cayó cuando choqué con él –. Procura no chocar con nadie más. –Mmm, gracias– la tomé con confusión. No sabía si era amable o grosero. –Oh, literatura… interesante. –Sí, lo es– respondí. –¿Quieres escribir?– cuestionó subiendo sus cejas. –Lo hago– respondí con algo de molestia. ¿Qué hace cuestionando? Pienso pasar por un lado de él pero se interpone. –No parece que tengas lo que se necesite para ser escritora– me examinó de pies a cabeza. ¿Y este quién se cree? –Gracias a Dios no me importa lo que tú creas– sonreí falsamente y pasé por su lado golpeando su hombro con el mío. –¡Un gusto!– lo escuché exclamar. Esa pequeña interacción dejó de ser importante en cuanto llegué a mi segunda clase. Después de eso tendría una hora libre, perfecto. La segunda clase fue aún más emocionante que la primera, no sé si sólo sea el hecho de que es el primer día, pero sin duda estoy emocionada por mi primer semestre aquí. Camino con seguridad a la cafetería, el ambiente es totalmente diferente que el de la preparatoria, cada uno está en sus asuntos, aún así se siente la presión de ser nuevo pero yo sigo mi camino. Recibí mensajes de los H, pero ninguno tiene la misma hora libre que yo, ni siquiera Erica, suspiré enfrentando mi situación frente a una mesa solitaria. Aprovecharé para empezar con los libros que tendré que leer para clase. –¿Maddie? Subí mi mirada y vi a Kat. Sonreí. –Hola Kat. –Te presento a Claire– una chica a su lado, castaña, ojos parecidos a los de Matt, color miel. –Hola, soy Maddie. –Mucho gusto– sonríe con amabilidad. –Ven a sentarte con nosotras, tenemos la hora libre. –Ok, gracias chicas– sonreí tomando mi almuerzo y bolso. Camino junto a ellas, realmente no escucho de lo que hablan porque estoy ocupada en mis pensamientos, desde la mañana no dejo de pensar en todo lo nuevo que haré, en cómo están los chicos, cuándo hablaré con las chicas… muchas cosas. –Oh aquí están… y la supuesta escritora. Bajé mi mirada lo más rápido que pude. Es el mismo chico. –¿Ya se conocieron? –Algo así, ¿es tu nueva amiga, hermanita? Ahora entiendo lo familiar que veía en él. Si mis sospechas son correctas, son gemelos, o realmente tienen un ADN muy fuerte. –Sí, así que, déjala en paz– lo señaló con un dedo entrecerrando sus ojos en forma de amenaza –. Toma asiento. Me senté sin decir nada, ella se sentó a mi lado. Claire, la otra chica se sentó junto al hermano y se saludaron con un beso, oh, es la novia. –Maddie, te presento a mi gemelo, Theo. Theo sonrió con arrogancia. Claire veía su celular sin molestarse en mirar. –Oh gemelos, interesante– sonreí viendo a Kat. –Sí, aunque la única interesante soy yo, no te emociones. Theo rodó sus ojos. El parecido es asombroso, y no es porque nunca haya visto gemelos en mi vida, pero me resulta fascinante cómo se pueden parecer tanto físicamente pero siendo personas tan diferentes, no sé si me de a explicar… –¿Tienes hermanos? –Sí, un hermano mayor. Está en otra universidad, es de su edad. –¿También es pelirrojo? –Mmm no– respondí ante la extraña pregunta de Theo. –Debe de ser el normal de la familia. Kat le pegó por debajo de la mesa, no fue nada disimulada. Sonreí. –Me gusta tu color de cabello– comenta Claire levantando su mirada –. He querido teñirme el cabello pero no estoy segura. ¿Crees que pueda tomar una foto y mostrar tu tono? Me sorprendió su petición pero accedí. –Lo siento, es que ese tipo de rojo está en tendencia y debo usarlo antes de los demás– explicó rápidamente mientras tomaba fotos de mi cabello. –Está en diseño de moda, por eso escucharás mucho la palabra “tendencia”– explicó Kat en un susurro. Oh. –Mi amiga también estudia eso, está en Londres. –¿En serio? –Sí, le está yendo muy bien. –¡No lo dudo! Yo quería ir pero mis padres no me dejaron, diferentes situaciones– suspiró regresando a su lugar. –Si te hubieras ido, no me hubieras conocido– contestó Theo mirándola con ternura, aw. –Eso es cierto– respondió con un puchero. Regresó su mirada conmigo –. Debo conocer a tu amiga, cuando visite me dices. –Claro. –¿Segura que quieres teñirte el cabello? –¿Por qué? ¿Te vas a enojar con ella si lo tiñe?– Kat le preguntó a su hermano. –No– rodó sus ojos –, es sólo que su cabello es lindo así, y he escuchado que es mucho mantenimiento y esas cosas. –En eso tienes razón– bajó su mirada a su celular de nuevo –, lo pensaré bien. Después de eso seguimos con el almuerzo de manera normal, era como si los conociera de toda la vida pero al mismo tiempo, no; era extraño. –¿Qué clase te toca? Le mostré mi horario de nuevo. Kat abrió sus ojos con sorpresa. –¿Qué pasa? –¿Estás segura de que es tu clase? –Sí… apliqué para todas las clases. –Wow, en serio debes de ser una clase de cerebrito– se rio, después le pasó mi horario a Theo –. Mira, va a tu clase. Theo examinó mi horario, volteó conmigo con un ceño fruncido en total confusión. –¿Cómo entraste a la clase del profesor Hemingway? –N-no lo sé, sólo me dieron el horario– respondí con simpleza –, ¿por qué? –Es muy difícil entrar a su clase, sólo los avanzados están ahí– responde Kat –, a Theo lo aceptó apenas en este semestre; y los pocos que acepta, se salen. Theo seguía mirándome con confusión y ¿molestia? No sé. No es mi culpa que haya entrado a la primera, ni sé cómo lo hice, pero a él no le importa. –Mucha suerte, entonces– comentó sin mucha amabilidad de su parte. –Gracias– respondí con el mismo tono. Se levantaron primero, ya se iban cuando a Claire se le ocurrió algo… –Oye, van a la misma clase, acompáñala. Los veo después– se despidió con un beso de él y de nosotras con una sonrisa amable. Quedamos los tres. Kat reprimiendo una risa. Theo con la mandíbula desencajada. Y yo, incómoda y feliz. –Vamos, o llegaremos tarde. –Nos vemos después, suerte– me despido de Kat y me voy caminando con Theo. Los dos bajo protesta. –¿Qué hiciste para entrar? –Nada, ni siquiera conozco al señor– respondí con confusión. Ya no sé si es bueno que entrara o no. Dando la vuelta en una esquina, nos encontramos con los H. Sonreí con alivio. –Hey, chicos. Theo se detuvo y volteó con molestia a verme. –No nos podemos quedar a charlar, ¿nos vamos o te veo allá? Bien que sabe que no tengo idea de dónde es. Los H me miran con confusión pero deciden no meterse. –Nos vamos– le respondí, volteo con los chicos –. ¿Está bien si los veo después? Voy a una clase. –Claro, te buscamos– Hank guiñó un ojo. Los tres pasaron por mi lado tocando mi brazo, hombro y cabello. Adivinen quién me despeinó. Seguimos caminando, me sentía cada vez más cerca y eso me revolvió el estómago. No tuve ni tiempo de procesar lo que me acabo de meter. –Suerte– murmuró caminando de largo. Me dejó sola en la entrada. Tomé una profunda respiración y entré. Claramente no era clase de primer ingreso porque todos se conocían y se veían mayores que yo, incluso mayores que Theo; puedo apostar a que él y yo somos los menores aquí. –Bienvenidos a mi clase, como bien sabrán, no soy del tipo común de profesores por ello, ustedes no son del tipo común de estudiantes– chasqueó su lengua tomando asiento –, o eso es lo que veremos. Esperé ver un señor de la tercera edad, pero es muy joven, podría ser de la edad de mi padre. –Muy bien, todos aquí nos conocemos excepto por…– revisa una hoja en su escritorio –. Theo Laurent y Madison Bonnet. Todos se giran para ubicar a los nuevos, tragué en seco al sentir las miradas en mí, incluyendo la del profesor. –De seguro hicieron algo excelente para estar en esta clase, no lo digo yo, bueno– ríe un poco –, sí lo digo yo. Espero que sigan así de excelentes. Escuché algunos murmullos, como si se estuvieran burlando de nosotros, en vez de tomarlo de mala manera o con miedo, decido tomarlo como un reto. La clase comienza y es totalmente diferente que las demás, habla rápido y más rápido; no sabes en qué momento cambia de tema, es emocionante pero mi mano no es tan ágil, al menos no ahora. Se terminó la primera clase y sobreviví. –Señorita Bonnet, ¿me permite hablar con usted? Asentí y caminé hasta su escritorio. –Conozco a Stuart– oh mi profesor de literatura, bueno, ex-profesor –. Él me prometió que tienes talento natural, no estaba seguro en meterte a mi clase, pero qué mejor que probarte en tu primer año, ¿no crees? Asentí sin saber qué más decir. –Claro que, si piensas que es muy pesado o que es demasiado para ti, sin duda puedes presentar tu cambio de materia. Sólo que puedes aplicar de nuevo hasta después de cuatro semestres, lo cual no recomiendo porque las materias se pueden mezclar de una manera no tan favorable para ti. O sea que no hay opción, entendido. –No se preocupe, y gracias por permitirme en su clase. –Más vale que no haya sido un error– respondió. Oh vaya frase motivacional –. Es todo, puedes retirarte. Di un pequeño asentimiento, me giré y salí de ahí. –No es necesario que escribas todo lo que dice, ¿sabías? Theo me asustó saliendo de la nada en el pasillo. –No es necesario que esperes por mí, ¿sabías? –Uhh, ¿qué pasa pelirroja? ¿Te molestó mi presencia?– cuestionó con burla mientras caminaba a mi lado. –No has sido el más cordial, por así decirlo. –Oh lo lamento, no suelo ser así con nadie. No te creas especial. Rodé mis ojos y aceleré mi paso. He tenido miles de conversaciones de este tipo, y he aprendido que lo mejor es sólo ignorarlos. –Hey, hey. Tranquila, niña– me detuvo tomando mi hombro –, le prometí a Claire que te ayudaría en tu primer día. Los profesores suelen aprovecharse de que no sepas a dónde llegar y empiezan antes sus clases. Volteo a verlo con duda. Él suspira. –¿Entonces?– pregunta con tono cansado. –¿Qué?– cuestioné frunciendo el ceño. –¿Me permites acompañarte? –Uh– lo pensé y no tengo otra mejor opción –, sí. Apretó los labios en respuesta y siguió caminando, no me quedó de otra que seguirlo, al menos su comportamiento era más tolerable. * –¿Qué tal tu primer día, huh?– Hamilton me mira. –Muchas sorpresas– respondí recordando el inicio de mi mañana –. ¿Y el tuyo? –Bien, me ha gustado– respondió con una sonrisa –. Creo que hicimos mal en no haber rentado un dormitorio. –¿Por qué lo dices? –Porque no tendremos la experiencia completa, ya sabes. –¿No privacidad? Hamilton, creo que están perfectamente en su casa– me reí. Él sonrió asintiendo. Me está acompañando hacia la cafetería para mi última comida del día. –Te dijimos que eres más que bienvenida con nosotros, literalmente has vivido ahí. –Lo sé, y en serio se los agradezco, sólo quiero estar por mí misma en esta nueva etapa, ¿sabes? –Lo sé, fresita– chocó su brazo con el mío. Reímos ligeramente hasta llegar y ver a los lejos al par que faltaba. Parecía una eternidad desde que los vi. Se levantaron a darme un abrazo gigante, casi me quedaba sin respiración, pero valió la pena. –¿Qué tal tu primer día? –Muy… diferente– sonreí con algo de nerviosismo recordando aquella clase –. ¿Y a ustedes? –Bien, estoy muy emocionado, no sabes la cantidad de chicas que hay en mis clases– contesta Hank con una sonrisa coqueta. Todos rodamos los ojos. Resulta que en efecto, Grace y él terminaron, no fue necesario que nos dijeran algo porque sus típicas peleas regresaron, fue algo extraño de ver porque ahora se incluía el tema de la relación. –Uy, ¿qué tal esa chica? Todos nos giramos hacia la entrada para ver a una chica en específico, pero yo sí la conozco, es Claire, está entrando junto con Kat. –¿La que viste de azul? –Sí, se nota que la otra chica es difícil. –¿Cómo puedes deducir eso con la vestimenta?– me volteé para cuestionarlo. –Tal vez te burles de mí, pero se siente la energía que transmiten, no es por la vestimenta– sonríe con su explicación –, tu energía es algo demandante mientras que tu vestimenta no es intimidante, ¿lo ves? Bajé mi mirada a lo que llevo puesto. Un suéter rojo, jeans y botas; ok, puede que no sea lo más intimidante que tengo en mi guardarropa. –Entiendo tu punto– respondí asintiendo. –¡Maddie! Pensé que estarías en la librería con Theo– Claire se acercó a mí con una sonrisa. –¿Theo?– cuestionaron al unísono. –Oh no, decidí estudiar en mi dormitorio– mentí porque obviamente no sabía que Theo estudiaría ahí, ni aunque supiera hubiera ido. –¿Quiénes son ellos y por qué nos están viendo así?– cuestionó Kat frunciendo el ceño mientras mantenía contacto visual con Hamilton. –Chicas, les presento a los H, Hank, Harry y Hamilton Gray. –Soy Hank, un gusto– guiñó un ojo. Es extraño ver de nuevo cómo se comportaba antes de ser novio de Grace. –Soy Harry. –Y tú eres Hamilton, el del ceño fruncido– comentó Kat. Los chicos murmuraron un “uh”. Hamilton no respondió, sólo se limitó a verla de pies a cabeza; le di un codazo, no quería que fuera irrespetuoso con mis primeras amigas aquí. –Un gusto– se levantó para saludarlas –. ¿Cuáles son sus nombres? –Claire– sonrió con diversión. –Kat. –Oh, vaya nombre– hizo mención con un tinte de burla. –Al menos mi nombre no parece de viejo decrépito. Los H se rieron, también Claire… también yo. Hamilton subió sus cejas, barrió su lengua por el interior de su mejilla, ese movimiento le costó la seriedad al rostro de Kat, ups, cayó. –Oye, Claire, ¿cierto?– Hank se acerca a ella de manera normal. Ella asiente con amabilidad. –¡Mon amour! Todos nos giramos hacia el origen de ese grito en francés, pareciera de un hablante nativo. Entra Theo con una sonrisa en su rostro. Claire corre hacia él y se saludan con un beso romántico, aw, si tan sólo él no fuera irritante. Volteé con Hank. De inmediato su semblante cambió, ni modo. –¿Qué pasa? Oh, hola pelirroja. –Maddie– murmuró entre dientes. Gracias Kat. –Les presento a mi hermano, Theo. Todos se presentan de nuevo. –¿Estás en clase de francés?– Cuestionó Harry –. Porque vaya que tienes buen acento, he intentado comunicarme con un buen profesor, pero no he encontrado. –Somos franceses– respondió con una sonrisa de orgullo. –¿En serio? –Sí– Kat sonríe con los labios cerrados –. Cuando gustes Theo puede darte clases, lo suyo es presumir. –Es bueno explicando– agrega Claire abrazándolo con una mirada perdida en él. –Estaría genial– contesta Harry emocionado. –¿Tú podrías enseñarme?– Hank se acerca a Kat y rodea sus hombros con su brazo. Ella lo retira rápidamente. –No. Todos sonreímos. –¿Van a ir a la fiesta? –¿Qué fiesta?– cuestioné. –La bienvenida– responde Hamilton –, pensé que no querrías ir– se dirige a mí. –Oh no lo sabía, pues– volteé hacia los demás –, ¿ustedes irán? –Claro, no nos perdemos ninguna fiesta– Claire contesta con una sonrisa. –Por favor, ve– Kat voltea conmigo –, es irritable pasarla de mal tercio. –Podemos ser cita doble– Hank se vuelve a acercar a ella, pero de nuevo, es un plan fallido. –Iremos– sonreí. * –¿Por qué accedí a venir?– le grité a Hamilton. Él se inclinó para poder oír. –Porque no querías decepcionar a tus nuevas amistades. Le di un codazo, él se rio de mi respuesta. –En ese caso me alegro que ustedes, mis mejores amigos, estén conmigo. –Aw, ¿ya te pegó el alcohol? –¡Cállate! No he tomado nada. –Eso está peor. No pude hacer más que reír con él. –¿Quieres ir a bailar? –La pregunta me ofende– respondí tomando su mano extendida. Nos encaminamos hacia el grupo de gente bailando. Hay luces de colores, sin duda se nota la diferencia entre las fiestas, es algo sútil, pero se siente. Empezamos a bailar algunas canciones, lo normal en una fiesta, nos divertimos y es lo que más disfruto, de nuevo somos Hamilton y yo. Durante el viaje fue el poder reencontrarnos como esa amistad pura y linda, dejé a un lado los pensamientos de que posiblemente le guste, así como sentí que su incomodidad era mínima hasta llegar a cero. –¡H!– exclamé viendo a los dos restantes caminando hacia nosotros. Ya éramos los cuatro bailando. Tenía mis brazos sobre los hombros de Hamilton y Harry, era algo incómodo debido a la diferencia de altura pero a este punto ya no sentía mis brazos y era más fácil porque ellos me sostenían. Punto para mí. –¡Hola chicos!– se acercaron Erica y Ana. –¡Hola! –¡Ya pedimos una canción!– Exclamó Erica con una sonrisa –¡Ya van a ver cómo se baila con nosotras! –¡Eso quiero verlo!– le respondió Hank pasando su brazo sobre sus hombros, oh ok, veo lo que sucede. Erica sonrió de manera ¿coqueta? La verdad no sabría descifrarlo. Justo en esa sonrisa fue cuando empezó una canción que me resulta familiar pero sé que no es de este país, es del suyo, oh sí… –¡Wow! Erica comenzó a bailar de una manera sorprendente, al menos para mí… y para el resto de la fiesta. Hank se emocionó sin duda, empezó a bailar con ella, o algo así. Sus pasos eran ¿sencillos? Pero de una manera que no había visto, no encontraba manera de describir cómo se movían sus caderas, y todo de acuerdo al ritmo, por supuesto. –¿Quieres intentarlo?– Hamilton se inclinó hacia mí para preguntarme. –Claro– sonreí. Cuando noté que el baile era de una manera en específico, muy corta distancia y movimientos peligrosos cuando no estás exactamente soltera, decidí que seguiría con mi baile normal y él pensó lo mismo que yo. Estuvimos riendo por cómo Hank se intentaba acercar de más con Erica y ella sólo se divertía, Harry tuvo algo de suerte con una chica de primer año, estuvo bailando con ella toda la noche. –¡Debo ir al baño! –¡Te acompaño!– me gritó en respuesta. Me iba a negar pero veo el cuidado hacia conmigo y asiento. De camino al baño me encontré con Kat. Hamilton decidió quedarse cerca pero no hasta el baño, me relajé porque sé que no es su responsabilidad cuidar todo el tiempo de mí; él debe divertirse sin preocuparse de mí. –Vaya amigos que tienes– comenta una vez que salgo del baño. Ella está retocando su labial rojo oscuro, yo uso un tono más claro. –¿A qué te refieres? –Son… diferentes. No sabría cómo explicarlo, pero lo digo en un buen sentido– sonríe. –Oh gracias, y creo entender lo que significa– sonreí de vuelta. Sí que son diferentes. Salimos del baño, iba detrás de Kat cuando pasó un grupo de gente y la perdí de vista. Miles de pensamientos negativos comenzaron a llegar, sentí la inseguridad llegar como un golpe inesperado. Llevé mis manos a mi pecho, me concentré en mi respiración mientras daba vueltas para ubicar a alguien a lo lejos. Alguien chocó conmigo, sentí unas manos en mi cintura, me asusté y lo empujé. –Tranquila pelirroja, no era mi intención chocarte. Sentí cómo si fuera a desmayarme del alivio. No respondí, eso causó que él me examinara. –¿Qué pasó? ¿Estás bien? –Uh sí, todo bien– respondí regresando a la realidad. Pasé mis manos por mi cabello, concentrándome de nuevo en mi respiración. –¿Y tu novio? –¿Qué novio? Rodó sus ojos. –¿Qué otro chico estaría pegado a ti si no fuera tu novio? –Oh, hablas de Hamilton. Pero te equivocas, no es mi novio– negué sintiendo de nuevo la normalidad en mi respiración. –¿Esa es la mirada de tu no-novio?– me giró para que viera lo mismo que él. Hamilton nos veía desde una esquina con el ceño fruncido, sonreí de alivio, pero recordé a lo que Theo se refería entonces borré la sonrisa. –Es mi amigo, un término que es obvio no conoces– respondí dándole una última mirada antes de irme caminando hacia Hamilton. –¿Te estaba molestando? –No, o sí, no me importa– me encogí de hombros y salté a un abrazo con él –. Me alegra verte. –Nos separamos cinco minutos, Maddie– se burló al corresponder al abrazo. No respondí. –Oh, ¿te sucedió de nuevo? –Fue mínimo, no te preocupes– me separé de él. Acomodaba mi cabello, él tomó mis manos y me detuvo. –¿Quieres irte? Deberías descansar, vamos. Soltó una mano, la otra la siguió tomando para salir de ahí. Suspiré. Sé que todo es un proceso, y no debo sentirme mal por estar en donde estoy, pero a veces sólo quisiera que pudiera terminar el proceso y ser yo de nuevo, pero ahora es ahora y no puedo regresar al pasado… Hamilton me acompañó hasta mi dormitorio. Harry se quedó para acompañar a la otra chica y Hank con Erica y Ana; se asegurarán de dejarlas en su respectivo dormitorio, todos unos caballeros. –¿Necesitas algo? –No, gracias H. Ya eres libre– sonreí con ese mal sabor de boca. Me siento culpable de que tenga que hacer todo esto. –Hey, deja de pensar, ¿ok? Ahora entra y descansa, te veo mañana, fresita. –Está bien, de nuevo gracias. Adiós– salté con un abrazo. No dijo nada y me correspondió. Lo despedí y entré a mi dormitorio. Ya estaba lista para dormir, tomé mi celular y encontré los mensajes de Dylan y las llamadas perdidas. Rayos. Nos pusimos de acuerdo para llamar a cierta hora, pero la fiesta se interpuso y no pude contestarle. Respondí sus mensajes con una sonrisa triste. Quería escucharlo. Me acosté boca arriba, dejando mis brazos descansar sobre mi abdomen, solté un suspiro. Me siento diferente, es obvio, pero estoy sintiendo cómo me siento, no sé si me dé a explicar. Estoy haciendo consciente mi sentir. Fue un buen día, un buen comienzo. Viviendo conmigo… ¿Qué tanto me espera?

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

LA CHICA DE LOS PASTELES

read
4.7K
bc

UN TOUCHDOWN A TÚ ❤️

read
225.8K
bc

Casado con la ¿Gordita?

read
312.8K
bc

Efimero (Devil's touch)

read
372.9K
bc

En los Zapatos de Renatas

read
1.4K
bc

AMOR CON ODIO

read
13.0K
bc

Mi jefe esta paralitico

read
3.2M

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook