Siento una fuerte punzada de nostalgia al ver a los hermosos bebés frente a mí. Antonia y Piero Rivera. Paso saliva al recordar a mis hijos ya que uno no tuvo la oportunidad de nacer y el otro no sé dónde se encuentra. - Que hermosos – habla mi esposa llegando junto a mí, veo que carga a Antonia observándola con anhelo y siento una punzada de culpa al ocultarle a mi esposa lo sucedido con nuestro bebé. Maria Paula Rivera, la mujer que amo y por quien haría y daría lo que fuera porque ella este bien, por que sea feliz y se vea como ahora. Segura de sí misma, desde que se recuperó insistió en aprender a defenderse y participar activamente en la organización. Aunque en un principio me negué, pero insistió diciendo que no quería volver a sentirse tan vulnerable y si ella mi debilidad, al me
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