—Me iré a arreglar con prisa y podemos irnos —dijo Noah al entrar al apartamento de Oscar. Ale asintió y se quedó mirándolo cómo se alejaba hacia la habitación. Estuvo por sentarse en la sala, pero lo que menos deseaba era quedarse quieta y ponerse a pensar de más, en especial, después de la conversación que ya habían tenido. Por eso, se puso a dar vueltas por el espacio y se detuvo ante cada fotografía que había. No era difícil saber que la bebé y la mujer joven de las fotos, eran la esposa e hija de Oscar; y una sonrisa se le marcó en su rostro. Noah veía a Ale desde el interior de la habitación, mientras tendía la cama y recogía la ropa que había quedado de Charlie. —La bebé de Oscar ¿qué edad tiene? —preguntó Ale desde la sala, pues no sabía qué tanto tiempo tenían las fotos que

