Era un largo tiempo desde que el jardín de otoño no tenía a su maestro y por varios años Karin tuvo que hacerse cargo de las almas que visitaban a sus familiares, era un trabajo duro y ella era una mortal, sin mencionar que hubo una ocasión en la que una diosa se presentó y casi la desintegró – divinidad, tardó un largo tiempo.
Otoño dio un paso fuera de la plataforma, pisó la hierba corta que crecía en su jardín, miró los árboles, las luciérnagas, los gatos que agitaban la cola, felices de verlo y justo en el centro a Karin, el alma mortal a quien dejó a cargo de su jardín durante su ausencia.
Fueron veintiún años, y pese a que era fácil imaginarse corriendo entre los árboles cargando jaulas, o persiguiendo a las luciérnagas que no querían reencarnar, le tomó un largo tiempo hacerse a l
