Su madre los llamaba ¡agentes dormidos!, hombres y mujeres nacidos en Darlack, criados en el extranjero y devueltos a diferentes posiciones estratégicas para servir a su reino.
Como un agente dormido, parte de su misión era el desconocimiento, Demián no sabía quién más en el castillo trabajaba para el virrey Bossel, y los demás no sabían sobre él, de esa forma, si uno de ellos era capturado, no podría señalar al resto.
Sin embargo, siempre había pequeñas filtraciones, aunque quisiera evitarlo, Demián miró el rostro del hombre que los escoltó desde Nelsira y cinco años después, volvió a verlo, con las manos atadas, tierra en su ropa desgastada y una gran sonrisa.
– Viva el rey Bossel.
Le escuchó gritar, segundos antes de que Robert Daemonium disparara una flecha contra su garganta y obt
