Es sábado y tengo guardia en el hospital, hoy le ha dado por enfermarse a todo el mundo, la sala de emergencia es un caos de niños llorando. Veo la hora y no creo que pueda salir almorzar con mi novio > Lo llamo para cancelarle y él tan especial como siempre lo entiende, aunque ya venía de camino a recogerme. Media hora después, una de mis compañeras me cubre para ir al cafetín a comprarme un sándwich, porque creo que voy a desmayarme del hambre. Justo cuando camino a la salida viene él, con esos jeans ajustados que no dejan nada a la imaginación, me ve fijamente mientras sonríe. —No podía permitir que mi novia pasara el día sin comer, traje pizza y coca cola— Comenta al saludarme. Definitivamente se pasa de detallista, él sabe que esa es mi comida predilecta para los días de felicid