La familia Echeverría Vivas anda de doble celebración. Hace un año y medio juré frente a un sacerdote amar y respetar a mi panameño y la verdad es que cada día lo adoro más, pero lo que me tiene más contenta es que hoy se cumplen cinco meses desde que Dios me envió a mi Angelito. En este tiempo ha pasado de todo; mis padres están subiendo como la espuma con su boutique, mis suegros poco a poco se han ido haciendo nombre con su bufete y mi cuñada Juliana quedó trabajando en la empresa donde hacía sus pasantías. En realidad, todo ha sido felicidad para nosotros y eso a veces me asusta porque siempre que la vida nos sonríe, algo pasa, aunque no les puedo negar que me encantaría que mi hermano estuviera aquí también. Hace días lloré cuando me envió un vídeo de mi sobrina hablando: "Te quero