[SERENA]
Horas después
El día de grabación ha sido agotador, o quizás es cada cosa que hago a mí me cuesta muchísimo más a medida que estos niños crecen dentro de mí.
—¿Te sientes bien?— Me pregunta Joel mientras abre la puerta del lobby del hotel.
—Sí, solo que estoy muy cansada. — Explico caminamos hacia el elevador.
—No es para menos, ya son más de las diez de la noche y apenas hemos terminado de trabajar—
—Lo sé, no puedo esperar a meterme en la cama y descansar. — Comento mientras llamo al elevador.
—Oye... he querido preguntarte una cosa durante todo el día. — Dice de la nada y tan solo puedo mirarle.
—¿Qué cosa?— Pregunto al notar que no sigue.
—Tú y Gael... ¿se han arreglado? — Pregunta bajito.
—No sabría muy bien que responderte Joel.— Es lo único que me ocurre decirle.
—¿Y eso significa?— Insiste.
—Cariño, ya he traído tu agenda del auto. — Escucho decir a Gael y sin que me lo espere, él me rodea desde atrás enredando sus brazos por encima de mis hombros. —¿Vamos a nuestra habitación?— Me pregunta para luego plantar un beso en mi mejilla.
—Eh... si, vamos...— Digo algo confundida.
—¿Subes?— Le pregunta Gael a Joel cuando el elevador ya ha llegado.
Él niega y sonríe —Iré al bar por unas copas, nos vemos mañana. — Dice y se da la media vuelta mientras que Gael y yo entramos al elevador sin que él me suelte.
—¿Qué ha sido eso?— Pregunto haciendo que me suelte.
—Solo te he abrazado, ¿te ha molestado?— Me pregunta tal y como si fuera un niñito.
—Lo has hecho sentir mal...— Respondo con la esperanza que me entienda.
—¿Se supone que debo evitar abrazarte o algo así para que él no se sienta mal?— Me pregunta un poco serio.
—No me gusta lo que están haciendo. — Explico mientras que las puertas del elevador se abren en nuestro piso y bajo de este.
—Serena...— Dice mientras camina más rápido para llegar a mi lado —Lo siento, ¿sí? Es que a pesar de todo lo que ha sucedido entre los dos; eres mi esposa... y me molesta muchísimo que él este queriendo estar contigo y conquistarte a pesar de eso. — Me dice bajito.
—¿Desconfías de mi otra vez?— Pregunto seria y él niega de inmediato.
—No... en realidad tengo miedo de que te enamores de él.— Me dice a quemarropa.
—¿Y por eso intentas marcar tu territorio?— Cuestiono mientras busco la llave de nuestra habitación.
—Tú y él hacen la pareja perfecta. Se entienden, se conoces, comparten muchísimas cosas, y yo... yo en cambio destruí todo y a pesar de que intento recomponer toda la mierda que he hecho, sigo teniendo miedo de que no lo logremos.— Confiesa mientras abro la puerta.
Entramos a la habitación, enciendo la luz y me quedo parada frente a él en medio del pasillo. Dejo mi bolso sobre la mesa que hay pegada a la pared, y él hace lo mismo con mi agenda. —No podemos seguir con todos estos miedos que nos llevan a cometer una estupidez tras otra...— Digo en un arrojo.
—No puedo dejarte... no quiero, te amo...— Me dice angustiado y apenas puede sostener su mirada con la mía.
Doy dos pasos hacia él y llevo mis dedos a su barbilla —Mírame.— Le pido levantando su rostro.
—Yo te sigo amando...— Habla haciéndome sonreír.
—¿Sí?— Cuestiono.
—Demasiado...—
—No quiero que seas así con Joel ni con nadie. Necesito que este a mi lado sin dudas, sin fantasmas del pasado...—
—Las dudas las puedo borrar, pero ¿y los fantasmas? ¿Cómo si son esos mismos fantasmas los que nos alejan todo el tiempo? — Me pregunta y noto como su mirada se cristaliza.
—También han existido cosas muy hermosas entre los dos— Comento.
—¿Borran lo que hice? ¿Lo que sucedió? — Me pregunta angustiado.
—No lo sé, pero hoy te has comportado como el Gael del que yo me enamore un día...—
—El Gael que tienes frente a ti es el que hay. Estoy lleno de defectos y algunas virtudes, pero es lo que te puedo ofrecer... yo ya no sé qué hacer para que podamos volver a comenzar. Quiero acercarme a ti y no me atrevo porque no sé cómo vas a reaccionar...— Se explica.
Vuelvo a acercarme a él y a este punto ya puedo sentir su respiración —Yo también quiero acercarme a ti. No quiero tenerte miedo, quiero volver a confiar en ti...—
—¿Qué tengo que hacer? Dímelo, hare lo que sea.— Dice en un susurro.
Observo cada detalle de su rostro y aquella sensación de sentirme perdida cuando le miraba vuelve a mí. Es la primera vez en todo este tiempo que vuelvo a sentir estas ganas de besarlo.
Respiro profundo, me acerco más a él y tomo su rostro entre mis manos a pesar de las dudas que sentimos los dos —Quiero besarte...— Digo bajito.
—Yo muero por besarte a ti...— Rebate y la distancia entre sus labios y los míos desaparecen dando lugar a un beso que vuelve a recordarme lo mágico que era sentir sus labios sobre los míos.