Uriel Rume. Llego al hospital con Faby. Siento que mi corazón se saldrá de mi pecho, si pierdo a Faby también pierdo mi vida, porque eso es ella, mi vida entera. La dejo en la camilla y el doctor viene corriendo hacia mí. —Uriel, ¿qué fue lo que paso? —Ella corrió hacia mí cuando llegue a casa y después se desmayó en mis brazos. —No te preocupes, tengo todo listo para la operación. Espera aquí y sé paciente. Me siento en la sala de espera, paso mis manos sobre mi cabello, sé que tengo que estar tranquilo, pero no puedo estarlo. Tres horas después. Me levanto y camino de un lado a otro como un león enjaulado, me volveré loco. Veo al doctor venir hacia mí. —¡Como esta Faby! —Todo fue un éxito, pero vamos a mi oficina, tengo que hablar en privado contigo. Ahora

