EL LIBRO DE JOSHUA

CAPÍTULO VEINTE

LUCIA

Puedo sentir mi corazón latiendo tan rápido en mi pecho e incluso en mis oídos, estoy temblando de la cabeza a los pies, y aguanto la respiración durante tanto tiempo que ahora estoy empezando a sentirme mareada, a pesar de estar sobria. Parece que no puedo formar ningún pensamiento coherente, estoy tan perdida en sus ojos azules que por un momento me olvido del resto del mundo.

Por una pequeña fracción de tiempo, soy completamente ajena al hecho que el hombre encima de mí me ha lastimado más que nadie en este mundo -además, por supuesto, de mi propio padre-, que ha buscado oportunidades para humillarme, para ilusionarme y luego hacer añicos mis esperanzas como si no fueran nada, y sobre todo, que está totalmente borracho.

Pero como dije, fue solo una pequeña fracción de tiempo que se va tan rápido como llegó, porque ahora estoy molesta, no, estoy enojada, enojada con él por arruinar mi cita y luego intentar besarme como si yo siguiera siendo la misma tonta a la que engañó y le robó su primer beso solo para ganar una apuesta estúpida, ¿quién se cree que es?

Lo empujo hacia un lado y trato de levantarme pero él rodea mi cintura con sus brazos y caigo en la cama de nuevo, estoy a punto de gritarle pero él entierra la cara en la parte de atrás de mi cabeza y luego comienza a murmurar contra mi cabello.

"No te vayas Lu, por favor, no me dejes solo"

"Solo pretendía llevarte a casa sano y salvo, y ya estás en casa sin un rasguño, así que es hora de que me vaya", le digo sonando más seria de lo que nunca pensé que podría.

"Pero me duele", dice con la voz quebrada.

"¿Qué? ¿Te lastimaste? ¿Cuando? ¿Cómo?" Pregunto comenzando a entrar en pánico.

"No, no es ese tipo de dolor, duele verte en una cita con alguien que no soy yo", me dice y me congelo, ¿qué está tratando de hacer?

Cuando me quedo en silencio, continúa "¿Estás enamorada de ese estúpido mesero?" me pregunta.

"Ya sabes su nombre, Joshua", es todo lo que puedo decir.

"Sí, sé su puto nombre, pero no me importa un carajo", prácticamente grita y trato de levantarme de nuevo, no dejaré que él ni nadie me trate de esa manera.

"Lo siento, lo siento mucho Lu, no era mi intención gritar, por favor no te vayas", comienza a suplicar. "Solo quiero saber si estás enamorada de él o no"

Al principio, me niego a responder, pero luego mi determinación comienza a desvanecerse y finalmente digo "No, no lo estoy, él es solo mi amigo".

"Pero, ¿te gusta?" Él insiste.

“Si, pero como amigo,” le digo y él exhala un suspiro de alivio que parece haber estado conteniendo durante mucho tiempo.

Cuando estoy a punto de preguntarle de qué se trata todo esto, de repente me pregunta "¿Y yo?"

"¿Que pasa contigo?" Yo respondo.

"¿Te gusto?" susurra y me petrifico.

Mi mente está completamente en blanco, no tengo ni idea de qué responder a eso, quiero decir, siempre he tenido una gran atracción por él, e incluso en algún momento, creo que estaba enamorada, sin mencionar la semana pasada cuando lo pensé que había algo más sucediendo entre nosotros solo para que él rompiera mis esperanzas una vez más.

Entonces él empieza a abrazarme con más fuerza y me susurra al oído "Me gustas mucho" y eso es suficiente para dejarme sin palabras, su dulce aliento en mi oído envía escalofríos por mi columna vertebral, parece que no puedo pensar con claridad y cuando estoy empezando a luchar por encontrar las palabras, comienza a besarme en el cuello y pierdo por completo el sentido común.

Tengo escalofríos por todo el cuerpo y una sensación cálida se está formando entre mis piernas, cuando besa ese punto justo debajo del lóbulo de mi oreja no puedo contener el gemido que se escapa de mis labios, y eso parece desencadenarlo porque puedo sentir algo comenzando a crecer y ponerse duro contra la parte baja de mi espalda haciéndome jadear, Dios, ¿qué me está haciendo?

Luego él mueve una mano hacia arriba para tomar uno de mis senos, y hay una vocecita en la parte de atrás de mi cabeza que me dice que esto está mal y que debería detenerlo ahora, pero decido ignorarla, Joshua comienza a masajear mi pecho mientras besa mi cuello, así que inclino mi cabeza hacia un lado para darle más acceso, a lo que él responde agarrando mi otro pecho y luego tirando de mi vestido hacia abajo dejando al descubierto mi sostén, y estoy jadeando para cuando él me da la vuelta y se ubica encima de mí de nuevo.

Me pierdo en la profundidad de sus ojos mientras me mira con una ternura que no había visto antes, así que esta vez cuando se inclina para besarme no lo detengo, de hecho creo que en este punto no podría detenerlo, es como si ya no fuera dueña de mi cuerpo, se ha convertido en su propia entidad y actúa por cuenta propia.

Cuando sus labios encuentran los míos, me derrito, mi cuerpo y mi mente parecen haberse fundido en la nada, todos mis miedos, arrepentimientos y rencores no se encuentran por ninguna parte, se han ido junto con mi razonamiento, todo lo que existe ahora es él y yo, y nuestros labios que ahora se mueven en sincronía, como si se conocieran desde hace una eternidad.

Abro la boca para respirar un poco de aire y su lengua aprovecha esa oportunidad para entrar en mi boca y comenzar a luchar por el dominio contra la mía, estoy demasiado distraída por nuestro beso como para notar cómo una de sus manos soltó mi pecho y comenzó a abrirse camino por mi pierna, no es hasta que alcanza el interior de mi muslo que me congelo y cierro mis piernas con toda la fuerza que puedo.

Él entonces deja de besarme y me mira con expresión confusa.

"No puedo hacer esto Joshua", le digo.

"¿Por qué no? ¿No lo estás disfrutando?

"No, sí, no lo sé, nunca he hecho nada como esto", medio susurro, medio grito.

"¿Qué quieres decir con "nada como esto"? pregunta: "Si estás preocupada porque acabas de tener una cita con otra persona y ahora estás aquí en mi cama, está bien, no creo que eso te convierta en ese tipo de chica"

"No quise decir eso, y te dije que no era una cita", le digo.

"Entonces, ¿qué quieres decir?" pregunta de nuevo.

"Bueno, ¿recuerdas el beso que me robaste por esa estúpida apuesta?" Le pregunto ya enojándome.

"Ehhh, sí, ya te dije cuánto lo siento, pero esto no es así, lo prometo, aquí no hay apuestas, no hay juegos"

“No, quise decir…. Eso ha sido lo más lejos que he ido con cualquier chico hasta esta noche” digo escondiendo mi rostro en su pecho.

"Espera, ¿no has besado a nadie más desde nuestro beso?" pregunta sorprendido y yo solo asiento, así que él pone su dedo debajo de mi barbilla para tratar de levantar mi rostro y hacerme mirarlo.

"Entonces, ¿con 'nada de esto' te refieres a que nunca has tenido relaciones sexuales con nadie?" me pregunta con una expresión de asombro y yo asiento de nuevo, lo cual lo hace sonreír como si acabara de ganar un campeonato nacional.

No entiendo, ¿por qué está sonriendo ahora?