8

1641 Words

Me quedo mirando sus tetas, y como suben y bajan al compás de su respiración tan o más agitada que la mía. La verdad es que tiene unas tetas de la hostia, y apuesto a que son tan grandes como mis manos. Sacudo la cabeza y dejo un casto beso sobre sus gruesos labios antes de volver mi vista a la puerta todavía cerrada. ––Vamos a entrar por otro sitio. Me mira confundida. –– ¿Qué? ––Que vamos a... No acabo la frase, pues la puerta se abre y aparece un hombre de unos cuarenta y pico años abotonándose los botones superiores de la camisa. Se pasa una mano por el pelo castaño y me mira unos segundos. Se me hace jodidamente familiar, pero no logro reconocerlo. ––Hola... ¿Qué necesitáis? –pregunta con total delicadeza. ––Estoy buscando a Janett Kahler. El hombre parece sorprendido, y da un

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD