Seguí entrenando a Scarlett durante la semana haciendo que ni siquiera ella pudiera agacharse a coger algo de lo que le dolía el cuerpo. La veía sufrir cada vez que se montaba en el coche o hacía cualquier movimiento. El sábado por la mañana la recogí y fuimos al hospital infantil. Ambos entramos y saludé al recepcionista al entrar. Fui al despacho a ponerme la bata blanca con mi nombre y Scarlett me esperó fuera. Después de sonreírme, fuimos donde estaban los niños. Hice mi rutina de visita, examinándolos y jugando con ellos, enseñándoles mis tatuajes y presentando a Scarlett. Estaba enseñándole de nuevo mis tatuajes a Jesse cuando miré a Scarlett. Ella estaba haciéndole dos trenzas de raíz a Hannah. La madre estaba presente viendo como mi pequeña chica realizaba el peinado. - De