Llegué a casa y miré a los chicos, que estaban sentados en el sofá comiendo pizza. - Hola - dijeron los dos a la vez. - ¿Quieres? - dijo esta vez Wyatt. - Si, gracias - me senté en el sofá junto a Wyatt y cogí un trozo de pizza. - Estás triste. - soltó Zach. Sentí la mirada Wyatt sobre mí. Sonreí - No es nada - mordí el trozo de pizza. - ¿Quién era el de los tatuajes? - preguntó Wyatt. - Un amigo - me encogí de hombros. - ¿Amigo con derecho? - Zach me preguntó alzando una ceja hacia mí. - No, solo amigos. Y a veces ni eso. Si le seguía importando a Brad, no se notaba, y estaba volviéndome loca porque dentro de un mes me iría a Michigan. No tardé en irme a la cama y en mirar al techo mientras pensaba seriamente en pasar de página y olvidar a Brad. Las

