El silencio solo es interrumpido por nuestras respiraciones. La luz de la luna se filtra a través de las ventanas, proyectando sombras danzantes sobre las paredes. Gedeón se encuentra de pie frente a mí y me observa con una intensidad que me hace sentir desnuda, incluso con el pijama de seda que llevo puesto. Sin embargo, hay que no deja mi cabeza que me hace sentir un poco cohibida en este momento y el hecho de qué. ¿Qué pensarían la madre y la hermana de Gedeón si nos descubrieran? ¿Si les molestaría que ambos estemos juntos cuando Ella no está muy lejos? Lo peor es sentirme una maldita intrusa y que Ella piense que quiero tomar el lugar de su madre cuando es lo último que pasa por mi cabeza. Pero esas dudas se desvanecen cuando él se arrodilla frente a mí, tomándome las manos entre las