Presentaciones Inesperadas

881 Words
Dos días después Hoy es el gran día. Hoy es el concierto privado de Pablo en Málaga y las ansias están a mil. Me termino de arreglar y como en los últimos días; espero que venga por mí. No ha habido fuerza humana que le haga entender que no debe hacerlo a pesar de la conversación que hemos tenido. ¿Lo malo de esto? La manera que mi corazón late cada día que lo veo. Al escuchar el timbre, me miro en el espejo una última vez y creo estar adecuadamente vestida para el evento. Vestido color champagne corto con un corte perfecto para que mi pequeña panza de embarazada no se note casi nada. Salgo de la habitación y ahí está el vestido con jeans oscuros, camiseta negra, y una chaqueta haciendo juego; se ve tan guapo. -Hola.- Digo mientras me acerco a él. Su mirada me recorre de pies a cabeza poniéndome demasiado nerviosa. –Hola, te ves increíble.- Comenta cuando su mano se posa sobre mi espalda y le doy dos besos. -Tú también te ves muy bien.- Comento y tengo que intentar no hablar más de la cuenta. -Muchas gracias, ¿vamos?- Pregunta. -Sí, vamos.- Digo y comienzo a camina hacia la salida. Siento como cuida cada paso que doy a medida que vamos caminando y no entiendo que le preocupa tanto. –Creo que deberías dejar de usar esos tacones tan altos; te podrías caer.- Me dice y allí está la explicación de todo. -Hace muchos años que utilizo zapatos así y nunca me he caído. Ahora, cuando ya no pueda utilizarlos, yo misma dejare de hacerlo. No te preocupes, ¿sí?- Le explico mientras vamos subimos al elevador. -Ya te lo dije, siempre me preocupare por ti. Pero, vale... no insistiré más con los zapatos.- Sentencia. -Gracias por cuidarnos.- Le digo ya que realmente es bastante tierno de su parte hacerlo. Una gran sonrisa se dibuja en su rostro –Es un placer- ¿Por qué tiene que ser tan tierno, pero a la vez tan intenso con sus cuidados? Es una mezcla preciosa, pero bastante frustrante. Al llegar al hall de entrada, salimos del edificio y cuando estamos enfrente de su auto, me sorprende que Natalia no esté en el mismo. -¿Y Natalia? Tenía entendido que iría.- Pregunto confundida. El abre la puerta del lado del pasajero como queriendo evitar mí pregunta, pero yo no me subo. –Vale, no tienes porque contarme nada.- Digo y me subo al auto finalmente. Me coloco el cinturón de seguridad y espero que cierre la puerta, pero en cambio el se agacha para verme. –No le gusta mucho ir a eventos de mi carrera.- Me explica y no entiendo. -¿No le gusta lo que haces?- Pregunto confundida. -Si, le gusta las alfombras rojas y eventos de alto nivel; pero, no le gusta ningún sitio donde haya fans gritándome y eso.- Me explica y me quedo sorprendida. -Vaya, sí que es extraña.- Comento y el tan solo asiente para luego cerrar la puerta y subir del lado del conductor. Lo observo arrancar el auto en absoluto silencio y no puedo dejar de pensar ¿porque es que esta con ella, si ella es de esa manera con él? -Deberíamos de haber ido con la furgoneta.- Digo intentando cambiar de tema. -Aun es temprano; no ha llegado nadie al recinto.- Comenta, pero siento que su mente está en otro sitio. -Pablo, ¿Qué te sucede? Estas muy extraño. Lo siento si fui imprudente en preguntar por ella.- Digo intentando entenderlo. -Tú no has hecho nada malo Alexia. Es que simplemente he discutido por ella por esa misma razón antes de ir por ti. – Me confiesa y no sé bien que decir. -Lo siento.- Es lo único que logro decir. -Es que me siento un hipócrita, me enfado con ella y aun no me atrevo a decirle lo del bebe. Además, la próxima semana debemos viajar a Los Ángeles y el tiempo sigue avanzando sin que yo hable con ella.- Dice sin dejar de mirar la carretera. -¿Quieres que sea yo quien hable con ella?- Propongo. El me mira fijamente. –No, tú no podrás decirle todo lo que yo debo decirle. No es tan fácil.- Me dice frustrado. -Vale. Olvida lo que he dicho.- Susurro y pienso que es mejor recorrer el resto del camino en silencio. [...] Una vez que el aparca el auto, caminamos por la parte trasera del recinto hacia los camerinos para que el comience a alistarse junto a sus músicos. Mientras tanto yo comienzo a organizar todo lo que es relacionado con la prensa. Estoy muy concentrada en mi labor cuando el se acerca a mi acompañado de algunas personas. -Alexia.- Dice en lo que es casi un susurro. -¿Si?- -Es que quiero presentarte a algunas personas. – Dice tímidamente. -¿Amigos tuyos?- Digo confundida ya que es la primera vez que los veo. -Eh... no, ellos son mis padres; Elena y Salvador, y ellos son Casilda y Salva; mis hermanos.- Me dice y yo me quedo sin habla. -Familia, ella es Alexia. La madre del mi hijo.- Dice bajito para que nadie más lo escuche y yo siento que los latidos de mi corazón han aumentado de una manera que no es saludable. ¿Por qué rayos no me ha dicho que vendría su familia? Mucho peor, ¿Por qué no me dijo que ya todos estaban al tanto? -Un gusto.- Digo con un hilo de voz y me veo obligada a sentarme en una de las sillas que hay en medio de este lugar.          
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