El carruaje estaba listo.
Muy temprano esa mañana la familia Terran preparó sus maletas para viajar a la capital.
Todos sabían que la ceremonia de ese año sería a puertas cerradas, pero como sanadores de una de las provincias al sur la familia Terran debía estar presente, aunque fuera para recibir el agua bendita que les correspondía.
– Papá, ¿recuerdas donde guardamos la caja de madera, la rectangular que llevé el año pasado – preguntó Cristopher.
– ¿Dónde la guardaste?
Cristopher rodó los ojos, si la caja estuviera donde él la guardó, no estaría preguntando en dónde está – olvídalo, seguiré buscando.
– Ya está listo el equipaje, ¿qué te toma tanto tiempo? – le preguntó su padre, Erick Terran.
– La caja – enfatizó y volvió para buscar en las gavetas del escritorio – la tengo – la c
