Capitulo 1: El inicio
Hace más de 15 años.
Eran los mejores tiempos. La edad perfecta, cuando termina la adolescencia y comienzas a ser adulto. Todo lo puedes, eres invencible y eres capaz de disfrutar de todos los placeres de la vida.
Ella no era una mujer convencional, los principios dados por su familia los traía en su corazón y mente, pero estaba dispuesta a hacer ciertas concesiones para lograr sus metas.
Una era terminar su carrera, ingeniería, muy pocas mujeres en el ramo, rodeada de testosterona, tenía que balancear su feminidad con la capacidad de competir con el sexo opuesto. La otra, encontrar el amor, sin salir perdiendo, no había tenido suerte, su físico, según ella era un impedimento: alta de aproximadamente 1:73 centímetros, caderas anchas, cintura marcada, pecho poco proporcionado a su tamaño, tez blanca, ojos color miel y cabello castaño lacio, nunca fué atlética, a pesar del gusto por los deportes. Pero apenas lograba tener confianza en ella misma frente a un hombre, era más fácil tenerlos de amigos y ser tratada como uno más del grupo, aunque estaba enamorada de uno de ellos, al menos eso creía.
Transcurrieron sus primeros años de universidad entre trabajos escolares, reuniones de amigos, fiestas, alcohol, baile y más trabajo, y no podían faltar las pláticas de sexo entre los amigos, parecía algo tan sencillo, salvaje, sin complicaciones, pero ella sólo asentía a los comentarios, pues era una experiencia que aún no tenía.
Eso cambió hasta que un día entre fiesta y tragos, la plática llegó al punto en que su amigo Manuel y ella quedaron solos, era su oportunidad, era el más experimentado, él no tenía ni un día sin que disfrutara de los placeres carnales, tenía novia, pero no le impedía que otras carnes lo buscaran, pues tenía una reputación: buen sexo con una herramienta de tamaño y grosor considerable entre sus piernas, capaz de satisfacer a las más exigentes mujeres hasta hacerlas gritar.
Ella quería perder su virginidad, saber de qué se trataba todo éste asunto sobre "sexo". Lo decían tan sencillo que era como comer galletas.
Bueno ese día, lo iba a descubrir, le iba a pedir a Manuel que la tomara, la hiciera suya, no por amor, ni deseo, sólo por curiosidad, esa era una de las primeras concesiones que haría.