VENGANZA EQUIVOCADA

SafeCreative Esta obra tiene todos los Derechos reservados por leyes de Copyright Registro –  2104227588544 Rafael salió de la sala de reuniones, odiaba estar entre tanta gente y más si su padrastro estaba presente, no había manera que el hombre lo dejara en paz. Estaba  cansado de ser perseguido y acosado todo el tiempo, pero sobre todo estaba cansado de lo ciega que su madre era, no entendía, no comprendía por qué su madre era así con él, era evidente que solo se había casado para llegar a él.   Si lo pensaba con cuidado a su madre no le importaba el motivo por el que se hubiera casado. Ella solo quería el prestigio de ser la esposa de un millonario no le importaba si en el proceso él salía herido. Ella esperaba que el nombre y la posición social le hicieran olvidar su pasado como prostituta de lujo.  Salió directo al estacionamiento estaba cansado, dejaría el mundo del espectáculo en cuanto le fuera posible, quería una vida tranquila y feliz, era todo lo que necesitaba. Quito la alarma de su auto, solo deseaba llegar a su piso y olvidarse de todo, pero sus planes, no estaban destinados a salir como deseaba, a decir verdad nunca salían de acuerdo a lo esperado, se vio rodeado de varios hombres, no necesitaba verlo para saber que era él quien estaba frente a él, levanto los ojos para quedar frente al hombre que más odiaba en su vida, lo odiaba con toda su alma, sin embargo el siempre venía de una u otra manera con una sonrisa estúpida en su rostro, burlándose de él.  -          Querido hijo, ¿Por qué huyes de mí? – Diego sonrió cuando Rafael lo fulmino con la mirada, esa vena rebelde en su hijastro lo atraía como un imán.  -          No soy tu hijo, el que te casarás con mi madre no te convierte en mi padre, ¿crees que no sé lo que pretendías al casarte con mi ella?, déjame en paz, no estoy interesado – Rafael quería golpear el rostro presumido del hombre, pero eran demasiados hombres a su alrededor, tenía pocas probabilidades de salir victorioso, pero tenía que intentar algo para huir.  -          Puedo darte el mundo Rafael, lo sabes muy bien, puedo darte todo lo que desees, solo acepta ser mi amante – Rafael sintió la náusea subir por su garganta, el hombre era un animal, dormía con su madre pero también lo quería en su cama.  -          Perdóname, pero no estoy interesado – Rafael se giró para subir a su auto,  fue reducido por los hombres de Diego, quienes lo tomaron de los brazos para impedir que huyera.  -          Suéltame, ¿Qué pretendes hacer?, ¿Qué harás? – Rafael luchaba para liberarse pero le era imposible, debido a su trabajo mantenía siempre su cuerpo en forma, pero no estaba tan ejercitado como para luchar contra hombres bien entrenados.  -          Si no eres mío por las buenas, lo serás por las malas – Diego se acercó a su brazo y pincho con una aguja, el miedo corrió por sus venas, Diego ¿lo había drogado?, no, no, no, su cabeza gritaba desesperado, prefería morir a someterse a ese hombre frió y cruel.  -          ¿Estás loco?, déjame ir – Rafael gritó, su cuerpo empezaba a perder fuerzas pero su cabeza estaba clara, la droga era solo para dejarlo a merced de su padrastro.  -          Mi querido Rafael, no podrás impedir que haga contigo lo que quiera, pero le mejor de todo es que tu sentirás cada cosa que haga contigo, puedes gritar, llorar todo lo que quieras – Diego se acercó lo suficiente para que Rafael le diera un cabezazo y rompiera su nariz  -          ¡Maldito niño! – Diego fue atendido por sus hombres, Rafael aprovecho el momento y se liberó del brazo que aún lo sostenía afortunadamente su auto estaba abierto, subió y presiono el acelerador, su mundo estaba casi perdiéndose, pero quedarse sería morir en vida. **** Fernando, llamo a su novia, tenían una cita, pero le era imposible llegar por ella, como se lo había prometido, ¿la causa? Su querida hermana Leonor, le había pedido que la llevara a casa, después que su esposo, le dijera que tenía que trabajar horas extras en la nueva producción  -          Lo siento cariño, prometo compensarte, no demoraré, ¿puedes tomar un taxi? Por favor – Fernando sonrió, cuando ella le confirmo que lo haría, la amaba, había estado con ella durante los últimos tres años, su boda sería en unas semanas, no podía ser más feliz en estos momentos.  -          Te amo Fernando, no importa, te esperare siempre – hablo a través del micrófono, mientras observaba si algún taxi estaba a la vista, amaba a Fernando desde que lo había conocido, ella no tenía mucho que ofrecer, pero aun así Fernando la había elegido y pronto estarían casados, solo era cuestión de tiempo  Las luces del taxi  iluminaron su rostro, bajo la acera para hacerle la parada,  pero el taxi la esquivo y continuo, su marcha, Fernando le dijo algo que le hizo sonreír, pero de pronto todo termino, el dolor fue insoportable y la voz de Fernando se perdió en algún momento, sus ojos derramaron lágrimas, sus sueños su vida estaba terminado, podía sentirlo, mientras el auto impactaba contra su cuerpo.  -          Rafael bajo del auto mareado, debido a la droga en su cuerpo, no podía creer lo que había ocurrido, pero ver el cuerpo de la chica en el frió asalto le hizo odiar más a su padrastro.  -          Por favor, responde, por favor,  lo lamento, por favor despierta – Rafael suplicaba, mientras trataba de mover el cuerpo de la chica, observo hacia todos lados pero nadie estaba cerca para ayudarlo, marco el número de emergencia, sus manos temblaban casi no podía sostener el móvil entre sus dedos, estaba cada momento más perdido, temía que no fuera capaz de pedir ayuda.  Fernando apretó el móvil en su oído estaba seguro que algo había pasado con su novia, la voz de aquel hombre nunca la olvidaría, salió corriendo escuchando como el tipo le pedía que despertará, su corazón estaba sangrando imaginándose diferentes panoramas   Rafael despertó en la habitación de su piso, ¿todo había sido un sueño?, estaba seguro que nada había pasado, su cuerpo estaba entumecido, necesitaba hablar con Sara, tenía la sensación que algo no estaba bien.  Salió de su habitación, en busca de su Manager y mejor amiga, del debía aclarar lo que había sucedido, el no acostumbraba a beber en ninguna de sus reuniones porque siempre tenía que conducir de vuelta a casa, así que el dolor de cabeza tenía que ser por algo y quería saber.  ¿Sara? – Rafael llamó pero no encontró rastro de la mujer en la sala y en la cocina, ¿estaba sólo?  Encendió su Tablet, debía buscar algo relacionado a su sueño, si debía ser un sueño, se dijo a sí mismo, pero el panorama que encontró era un desastre.  “Chófer de reconocido Actor, se entregó después de atropellar a joven mujer, ayer por la noche”  Era el título que rezaba los titulares de los periódicos digitales, Rafael cayó sentado sobre el frió piso, no era su chófer el culpable era él, era él el único responsable de aquel accidente, lloro, lloro desconsoladamente, lanzo la Tablet sentía que el aparto quemaba en sus manos  -          ¿Fernando? ¿Estás bien? – Alonzo su hermano mayor lo sostuvo entre sus brazos, él tenía el corazón roto, no sabía ni como sentirse ahora mismo.  Se fue Alonzo, ella se fue me dejó sólo – Fernando lloro desconsolado sobre el hombro de su hermano, su joven novia se había ido, había muerto por culpa de un imprudente conductor -          El culpable se ha entregado hoy a las autoridades – Alonzo no pudo evitar decirle a su hermano, él era abogado y estaba seguro que llevaría el caso para aclarar la situación  -          ¿Qué has dicho? – Fernando se limpió sus lágrimas quería matar al hombre con sus propias manos  -          Está en la comisaría, Javier acaba de llamar para darme la información – Alonzo sabía que su hermano no estaba bien, pero ocultar las cosas solo empeoraría la situación  -          Fernando, espera ¿a dónde vas?, Fernando – Alonzo llamaba a Fernando quien había salido para la comisaría  Rafael respiro profundamente, no podía permitir que su chófer pagara por sus errores, bajo de su auto y se dispuso a entrar al lugar  Su brazo fue tomado por la fuerza, se giró para ver a su madre frente a él  -          ¿Qué diablos piensas hacer?, ¿estás loco? – Luisa le grito fuerte. Rafael se liberó de su agarre  -          Él es inocente, fui yo quien conducía el auto mamá – Rafael tenía la impresión que su madre lo sabía. Sara no haría nada por su cuenta, solo seguía las ordenes de su madre el pie de la letra.  -          No te atrevas Rafael, no voy a permitir que me arrastres en tus errores, ¿sabes lo que pasara si te entregas?, perderás tu carrera, serás repudiado en la industria ¿eso es lo que quieres? – Luisa le gritaba a su hijo  -          Esto es tu culpa, la culpa de tu marido, fue el quien me drogo, por su culpa herí a una persona, voy a entregarme y  ayudare en todo lo que pueda – Rafael camino hacia la estación  -          ¿Ayudarla?, ella está muerta – Luisa grito y el cuerpo de Rafael tembló, su respiración se agito y su corazón parecía que sufriría un paro cardíaco, el frió recorrió su cuerpo.  -          ¿Qué? – Rafael no podía sostenerse en pie, pero se las arregló para seguir parado frente a su madre  -          La chica está muerta, Rafael, ¿Cuánto tiempo crees que te darán si te confiesas culpable?, teniendo en cuenta que había droga en tu cuerpo – Rafael tembló no por miedo sino por la vida que había cegado accidentalmente.  -          Deja que Sara resuelva el asunto, ayudaremos con dinero a la familia de tu chófer, no te preocupes por eso – Luisa se giró sabía que su hijo no sería capaz de delatar a su marido, además que ya no había pruebas en contra de su hijo, sería inútil  Rafael camino sin rumbo, su mente estaba perdida, la culpa lo asaltó, dolía, dolía mucho, si no fuese por su padrastro él no hubiese atropellado a la chica, era él, el único culpable Diego, había acabado con su vida de todas maneras.  Fernando camino a prisa, debía enfrentar al tipo, conocerlo para darle un rostro al asesino de su novia  Rafael cayó al suelo cuando su frágil cuerpo fue impactado por uno mayor  -          ¿Estás bien? Lo siento – Fernando ayudo a levantar al chico  -          No te preocupes ha sido mi culpa, no puse atención al caminar – Fernando, podía jurar que conocía esa voz, era parecida al hombre de la noche pasada, pero era imposible, el culpable estaba ahora dentro de la estación...