La punzada constante que siento en el pecho desde que la perdí de vista es algo que nunca antes había sentido por lo que no tendría como definirla o describirla, pero sé que en cuanto esa maldita este cerca desaparecerá. Camino junto a Kozlov en completo silencio rodeados y camuflados por la oscuridad de la noche hasta que llegamos a un lugar que me hace abrir los ojos como platos al reconocerlo como una base nuclear abandonada. - La radiación es mínima – el ruso parece leerme la mente cuando atravesamos la cerca – las mafias tienen alrededor del mundo sitios como este ya que los gobiernos no se imaginan que alguien pueda estar por mucho tiempo en lugares como este. – explica sin volverse a verme en lo que nos adentramos en un oscuro pasillo. No se por cuando tiempo caminamos