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1512 Words
Capítulo Diez. No puedo creer lo que veo. Paredes altas de piedra, ventanales en perfecta armonía, nieve adornando el tejado. El camino hasta la entrada de la mansión esta cubierto de nieve al igual que todo a nuestro alrededor y los arboles no poseen ni una hoja. Es... demasiado perfecto para ser real... Podría disfrutar del momento pero no es fácil cuando Tobby y Caitlyn me observan esperando una reacción, una palabra, algo que les haga saber lo que siento. –Esta es mi casa?– pregunto. Nadie dice nada, solo se observan mutuamente. Tobby saca una llave de su bolsillo. –Bienvenida a la mansión Haristhor, Haylee– me entrega la llave sonriendo. –Bienvenida a tu hogar– completa Caitlyn. Tobby camina hasta la puerta dando saltitos. Dirijo mi vista Caitlyn, ella se quedó atrás. –No vienes?– pregunto. –Si, solo... ve tu primero. Asiento aun sin comprender y sigo a la rubia. Al llegar a la puerta, abro con la llave que me entregaron y entramos. La casa es incluso mas alucinante por dentro. Decoración elegante en blanco con toques dorados, paredes blancas y columnas del mismo color, piso de madera muy oscura, alfombras doradas y arcos de madera en cada separación. –Espero que guste, reconstruimos todo para ti– dice Tobby –Si quieres cambiar algo solo dilo. –Es perfecto. Gracias. Por el silencio puedo deducir que somos las únicas aquí. Para una casa de este tamaño esperaría alguien que al menos se encargue de la limpieza pero cuando los propietarios están siendo buscados por un laboratorio con decenas de experimentos asesinos que podrían llegar en cualquier momento... Mejor es no tener personal de servicio. –Haylee, me ayudas con... Esto?– Caitlyn señala la caja que esta junto a ella. Creo que es obvio que necesita ayuda para bajar todo lo que dejaron en el auto. Salgo de la casa y camino hasta donde estábamos hace unos cinco minutos, el maletero esta hasta el tope de cajas y maletines metálicos. Todo es bastante pesado. ¿Debería preguntar que hay adentro de todo esto? Tobby nos observa desde la puerta y ríe por los intentos de Caitlyn de levantar uno de los maletines. –Podrías ayudar, Tobbias. –Es mas divertido ver como peleas contra eso, Dufour. Es extraño. En el laboratorio ellas parecían odiarse y ahora son como mejores amigas, incluso diría que en este momento Tobby es mas amigable con Caitlyn que conmigo. Caitlyn es todo lo contrario. ¿Ambas estaban actuando? Mientras ellas bromean entre si, tomo el maletín que Caitlyn tenia. No es tan pesado así que lo levanto con facilidad. –Justo en mi orgullo. El comentario de Caitlyn me hace gracia pero me limito a sonreír. Llevamos todo a la entrada de la casa. Tobby abría las cajas para saber que contenía cada una ya que eran casi todas idénticas. La imagen de las tres sentadas en el suelo es divertida si tomamos en cuenta la historia que llevamos juntas. No sé las razones por las que Claitlyn y Tobby conocieron a mi padre ni cómo llegaron al laboratorio, pero me gustaría saberlo. Ambas se ven normales así que no son experimentos, eso es lo único obvio.Una pregunta más importante llega a mi mente... –Ustedes dos al menos estudiaron medicina?– pregunto. Ambas sonríen con culpabilidad. –Posiblemente... –No Ambas dieron sus respuestas al unísono. No me sorprende la sinceridad de Caitlyn. –Están diciendo que dos chicas que no tenían ni idea de psicología o medicina fueron mi psicóloga y mi loca doctora?! –Prefiero el termino “Científica loca”– acota Caitlyn La rubia reía sin control. –Me alegra no haber muerto! –Tranquila, tu padre me enseñó mucho– dice Caitlyn con intención de tranquilizarme. Claro, y eso mejora todo! Que se note mi sarcasmo. El sonido de otro auto estacionando hace que las tres dirijamos nuestra vista a la puerta. –Quédate aquí– ordena Caitlyn. La pelinegra toma su arma a la vez que se coloca un chaleco antibalas. –Y toma esto– Tobby me entrega una pistola pequeña y luego sigue los pasos de Caitlyn. Los primeros segundos en los que ambas cruzan la puerta parecen eternos. Todo es consumido por el silencio. Luego de unos minutos decido acercarme a la ventana. Cinco hombre con aspecto de sicarios están frente a las chicas, ambas se ven mucho más pequeña en comparación con ellos. Parecen estar negociando. –La rubia es propiedad de Ikol– dice uno de los hombres. –No es propiedad de nadie, se quedará dónde ella quiera– Tobby es quien interrumpe al matón. Los cinco hombres ríen. –No me dejan otra opción de entrar y buscarla. Cuando el primer hombre da un paso, una bala es disparada cerca de sus pies. –La siguiente va a la cabeza. En ese momento puedo ver a la persona responsable del disparo. No es Tobby, tampoco Caitlyn. –Tu también? esperaba que fueras mejor que esto, Olsen. Sí, el rubio de ojos negros que di por muerto hace un mes esta aquí. Pero más que eso, esta junto a Tobby, apuntando abiertamente al hombre. Me duele un poco confirmar que él también es parte de las personas que me mintieron y que solo estaba a mi lado porque mi padre se lo pidió como a casi todas las personas que conocí. A la derecha de Caitlyn también había alguien, un chico pelirrojo de unos quince años. Él no tenia nada en sus manos y solo observaba a los hombres con burla. Uno de los hombres decide ser el valiente del grupo. Olsen cumplió su palabra. Los cuatro hombres restantes observaban el c*****r de su compañero, un charco de sangre se empezó a formar a sus pies. –Mi turno– Dice el chico pelirrojo. Espero a que dispare pero no lo hace, solo se acerca con una sonrisa cínica dedicada a nuestros enemigos en común. –Disparen, imbéciles!– ordena el líder de los "malos" a sus restantes compañeros. Todos obedecen, el sonido de varios disparos me hace cerrar los ojos por reflejo. Los abro esperando ver el c*****r del pelirrojo pero en cambio veo como le siguen disparando y las balas lo atraviesan sin dejar ningún tipo de daño. El chico solo se acerca lentamente con la expresión de burla de antes. –Que eres?..– pregunta el mismo hombre con notorio miedo. –Quieres la historia larga o la corta?– pregunta el chico sonriendo. –Aléjate!– Grita. –No no– dice el pelirrojo moviendo uno de sus dedos en forma de negocian –A mí nadie me grita. El chico llega hasta otro de los hombres a una velocidad inhumana. Al estar frente a él, clava su mano en el pecho del hombre como si de aire se tratara, no parece que le duela hasta que la mano del chico parece volverse... solida. El chico retira la mano en un solo movimiento y se puede ver que hay algo en ella, el c*****r cae al suelo y pelirrojo dirige una mirada de satisfacción junto con la misma sonrisa cínica de antes. abre su mano y deja caer algo al suelo. Instantáneamente, un grito de pánico sale de mis labios pero lo silencio con mis manos. Le arrancó el corazón... –Quien sigue?– pregunto alegremente el arranca órganos. Él camino hasta otro de los matones pero solo le torció el cuello. Luego, uno de los hombres intentó disparar contra el pelirrojo pero las balas solo lo traspasaron y mataron a otro. –Tu no aprendes?– pregunta el chico al hombre que disparó –Por idiota eres el siguiente. El siguiente hombre sufre el mismo destino que su primer amigo atacado, solo que el arranca órganos se decantó sacarle el intestino. –Pero que maravilla, solo quedas tu– dijo el chico en dirección al líder de los c*******s. –No me mates... te lo ruego. –No te matare. La sonrisa del hombre era genuina, demostrando esperanza. –Tu te suicidaras. Y la sonrisa del hombre se fue. El chico tomo la mano del hombre la cual llevaba un revolver y la colocó en su cabeza. –Dispara. Como algo automático, el hombre disparó y la sangre llega hasta la ventana por la que yo observaba a pocos metros de la masacre. Sigo observando por la ventana sin pestañear. Caitlyn entra junto a todos los otros. Olsen camina hacia mí con pasos rápidos y me abraza, no sé muy bien como reaccionar así que me quedo quieta. –Me alegra que estes bien, Haylee. Olsen me suelta y el pelirrojo se acerca junto a Caitlyn. –Haylee, te presento a Jeremiah Parker. Jaime, ella es Haylee Haristhor– Caitlyn nos presenta. –Señorita Haristhor, es un placer conocerla en persona– dice Jeremiah y besa mi mano. –Eh... Gracias. Pero me puedes tutear –En ese caso, es un placer conocerte, Haylee. Me han hablado mucho sobre ti.
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