—Parece que te han succionado el cerebro.
Parpadeo y me encuentro con Valeria, sentada frente a mí con los brazos cruzados. Ambas estamos tomando el almuerzo en el club.
—Lo siento, tenía la cabeza en otra cosa.
—Puedo imaginar que es esa otra cosa —dice con una sonrisa ladeada—Ya. Olvídalo, veo que tu fin de semana fue bueno.
No tienes ni idea, amiga.
Sonrío.
Hace unos meses que conocí a un hombre excepcional.
Fue en una gala donde fui arrastrada por mi padre que encontré a Elliot Stanton. Un hombre guapo, sexy y cariñoso.
—¿Y bien?
—Si bueno, fue un poco intenso.
¿Intenso?
Mi impetuosa conciencia aparece recordándome la realidad.
Siento como si un tren nos hubiera pasado por encima.
No voy a necesitar hacer ejercicio en un buen rato.
Elliot cubre todo ese departamento con c
