George se ocupó de atender a Natasha, por lo menos en la parte física. Hizo todo para que ella estuviera cómoda y que sintiera el menor dolor posible, pero las heridas causadas en su alma, esas tardarían más en sanar, y ahí él no podía hacer nada. Antes de partir, George dejó indicaciones para el cuidado de la chica. —Esta es la lista de medicamentos, pero sobre todo mucho reposo —le dijo a Jacob. —No se preocupe, yo cuidaré de ella. —Si mañana está en condiciones de moverse, llévala a mi consultorio para revisar el ojo y la fractura de costillas y pómulo. —Así lo haré doc. Gracias por tomarse la molestia de venir. —Lo hago con gustó muchacho. George se retiró dejando a Jacob solo en la habitación con la mujer que hasta hacía unas horas lograba alterarlo y poner su mundo de cabeza.

