POV HERNÁN Lyke está como loco y yo trato de reprimir el impulso humano y masculino que me está nublando el pensamiento. Las ganas de hacerla mía sobre la mesa están presentes con cada respiración que da. Tengo que resistir, pero me es prácticamente imposible cuando siento el aroma que está saliendo de entre sus piernas mientras está sonrojada y respirando con dificultad. Se pone peor cuando gime mi nombre. —Márcala, márcala —gruñe Lyke en mi mente. —Clara, hay muchas cosas que quiero explicarte, cosas que no vas a entender de inmediato, pero necesito que confíes en mí —digo controlando mi tono y haciéndole caso omiso a mi lobo—. Eres más importante para mí de lo que te imaginas, y quiero que lo sepas. Asiente con algo de duda, noto que en su interior hay una mezcla de sentimientos y