POV CLARA Siento el suave roce de la seda contra mi piel, una sensación etérea que contrasta con el torbellino de emociones en mi interior. El aire en la habitación está cargado con una mezcla de nerviosismo, expectación y el dulce aroma de las flores frescas que adornan cada rincón. Es el día de nuestra asunción. A mi alrededor, las mujeres se mueven con una gracia ancestral, susurrando, riendo suavemente, con sus manos expertas volando sobre telas y cabellos. Mi madre ajusta los últimos pliegues de mi vestido, sus ojos brillando con una mezcla de orgullo y una preocupación tácita que solo una madre puede ocultar tan bien. Marina, con su energía chispeante, ya ha puesto música, una melodía suave que se entrelaza con el murmullo de las voces. Y Nora, con su sabiduría tranquila, trenza m

