Percival llegó a su oficina y buscó la libreta donde tenía las anotaciones del hechizo, necesitaba volver a calcular, pero había una teoría rondando su cabeza – ¿de qué tamaño es tu espacio mental?, no tienes que responder, solo dame un aproximado para dimensionar.
Lilith mantuvo una mano sobre sus mejillas para asegurarse de no sonreír mientras respondía – es suficiente para albergar una mansión.
– Lo sabía.
– Control de misión, llamando a Marte, ¡aquí control de misión!, ¿me escuchas? – exclamó Megan.
– ¿Qué?
Megan frunció el ceño – ok, mal momento, le preguntaré a Erick por el demonio, por cierto, ¿qué opinas de los bares deportivos?
– Nunca he ido a uno.
– Son bares con la televisión encendida, transmiten el partido a todo volumen e invitan a los fanáticos a verlo, siento que es
