La habitación tenía una mesa justo en el centro donde se colocaban los núcleos de magia extraídos de demonios y las piezas de mineral a dónde traspasarían el hechizo. – Mi favorito es el ónix – dijo Sandra mostrando las piezas negras – los collares y pulseras quedan mucho mejor, y combinan con la estética masculina – mostró una esfera de ónix. – Amatista – dijo Megan – es el cuarzo que corresponde a mi signo zodiacal, y me gusta el color. Lilith tenía las manos en los bolsillos – aún, no me decido por un mineral en particular. – Tienes un año – dijo Sandra – yo iré primero. – No puedes decir eso, somos tres, tenemos que decidirlo con justicia – declaró Megan. Sandra rodó los ojos y puso la mano en la espalda. Lilith dio un paso atrás – estoy bien siendo la tercera. Una, dos, tres –

